Los planes de contingencia de la automoción para evitar que el coronavirus provocara una rotura de estoc han saltado por los aires. Finalmente, las fábricas de Seat y Nissan han tenido que parar las líneas de producción pero no ha sido por falta de piezas procedentes de China o de Italia, sino de proveedores mucho más cercanos situados en la zona confinada de Igualada. 

El puente aéreo que pusieron en marcha los fabricantes automovilísticos europeos con sus proveedores chinos para acelerar la llegada de componentes desde 10.000 kilómetros de distancia o los camiones con varios conductores desde Italia no han servido de nada ante el confinamiento indiscriminado de una zona situada a poco más de 20 kilómetros de Martorell. Los camiones que transportaban ruedas y otras piezas para los vehículos de Seat y Nissan se quedaron bloqueados en Igualada al no tratarse de mercancías y bienes considerados como básicos, lo únicos que podían traspasar el cerco policial. 

Corredor de mercancías

La industria tenía la expectativa de que la Generalitat actuara con tiento y sensibilidad y que habilitara un "corredor de mercancías" con unas condiciones controladas de higiene y desinfección para garantizar que no se produjera un desabastecimiento en las factorías que dependen del suministro de los proveedores que están dentro de la 'zona roja' catalana. Pero no fue así para sorpresa del sector.

Al tratarse de proveedores de proximidad, situados a solo 15 minutos por la autovía A2, forman parte de la esfera de fabricantes incluidos en el 'just in time' con lo que el impacto de un bloqueo como el de Igualada ordenado por el Govern de Quim Torra acaba paralizando las fábricas de Seat y Nissan en cuestión de horas o días como mucho. 

Afectados por ERTE

Está claro que la prioridad ahora es frenar la propagación del Covid-19, pero no parece descabellado organizar corredores de mercancías imprescindibles para el funcionamiento de la industria. Tal como se ha podido ver en China, las labores de desinfección de personas o de vehículos y mercancías fueron posible y han tenido buenos resultados. Incluso con las medidas del estado de alarma es posible salvaguardar la actividad productiva al haberse preservado los desplazamientos para ir y volver al trabajo. Ese es el reto de un buen gobernante. Lo demás es mucho más drástico y también fácil.

La realidad es que la medida indiscriminada ha provocado un efecto dominó con la paralización de toda la cadena de suministro de la industria automovilística con miles de empleados que tendrán que quedarse en casa y cobrar el desempleo con la consecuente pérdida económica al quedar afectados por los ERTE por fuerza mayor. Un extremo que se podía haber evitado y que era perfectamente compatible con la lucha eficaz contra el coronavirus. Y más cuando era posible ver a los habitantes de Igualada disfrutando de bares, terrazas y parques a pesar de estar confinados, al menos teóricamente.