Polestar está trazando una nueva estrategia para deafiar el entorno bajo la dirección de su nuevo consejero delegado, Michael Lohscheller. Este veterano de la industria, exjefe de Opel en el momento de su rescate por PSA, ha asumido el timón de la empresa sueco-china Polestar en un momento de ventas a la baja y perspectivas financieras ajustadas. A Michael Lohscheller le van los retos, como demostró en Opel y después en Vinfast y Nikola. 

Tras vender un 35% menos de coches eléctricos en 2024 respecto al año anterior, Lohscheller ha presentado una estrategia de Polestar centrada en la refinanciación y la redefinición de objetivos, posponiendo la rentabilidad neta hasta 2027. El primer paso será un Ebitda ajustado positivo en 2025, aunque no suficiente para soportar todavía las fuertes inversiones.

Las ventas bajan un 15%

El año 2024 fue complejo para Polestar. Las ventas minoristas cayeron de 52.796 unidades en 2023 a 44.851 coches en 2024, un retroceso del 15%. Aunque los últimos meses del año mostraron señales positivas, con un aumento del 5,3% en las ventas del cuarto trimestre y un alza del 37,2% en la entrada de nuevos pedidos, el descenso global dejó clara la necesidad de un cambio de estrategia.

"Estamos acelerando nuestra expansión minorista y transformación comercial, ajustando nuestra base de costos y redefiniendo nuestra línea de modelos futuros", afirmó Lohscheller. Este enfoque busca generar un crecimiento compuesto en las ventas de entre el 30% y 35% entre 2025 y 2027, pero la rentabilidad a corto plazo sigue siendo un objetivo esquivo.

Refinanciación y deuda creciente

Para sostener su operativa y cumplir con sus planes, Polestar ha recurrido a financiación externa. En diciembre de 2024, obtuvo más de 800 millones de dólares en créditos a 12 meses y ahora busca una línea de crédito adicional de 400 millones de dólares. Esta refinanciación eleva su deuda total a unos 4.400 millones de dólares. La compañía también evalúa una división inversa de acciones para estabilizar su cotización en Nasdaq, que ha caído un 90% desde su salida a bolsa en junio de 2022.

Frontal del nuevo Polestar 4

Según Lohscheller, las conversaciones con inversores han sido "constructivas", y tanto ellos como la matriz Geely Holding Group continúan respaldando el plan de la empresa. Sin embargo, el retraso en la rentabilidad, inicialmente prevista para 2025, subraya los retos financieros que enfrenta Polestar en un mercado de vehículos eléctricos cada vez más competitivo.

Ajustes en la estrategia de producto y expansión

Parte del plan incluye optimizar la línea de modelos y expandirse hacia mercados clave. En 2025, Polestar presentará el Polestar 7, un SUV compacto premium que se fabricará en Europa. Además, planea diversificar su producción fuera de China, con proyectos en Corea del Sur y Estados Unidos. Estos movimientos buscan mitigar riesgos comerciales y cumplir con regulaciones internacionales, al tiempo que fortalecen su posición en Europa y América del Norte.

La compañía también apuesta por soluciones innovadoras como "Polestar Energy", un servicio que optimiza la carga en el hogar, reduciendo costos hasta en un 30%. Esta oferta, destinada a fidelizar a los clientes y mejorar su experiencia, se expandirá a nuevos mercados en la segunda mitad de 2025.

Lohscheller confía en que 2025 marcará un punto de inflexión. "Esperamos que sea el año más sólido en la historia de Polestar, tanto en volumen como en resultados financieros", afirmó. Sin embargo, la clave del éxito radicará en la ejecución de su estrategia y en cómo maneje los retos de corto plazo sin comprometer sus ambiciones a largo plazo.