Los robots colaborativos van ganando espacio en las fábricas de automoción. Hasta ahora, los robots tenían que trabajar con una separación física de los empleados, confinados en jaulas, Pero los nuevos robots colaborativos o cobots pueden trabajar codo con codo con sus colegas humanos, como se ha podido comprobar en la fábrica de Volkswagen de Navarra.
La factoría de Pamplona ha incorporado por primera vez en el taller de montaje de los modelos Polo y T-Cross un robot que "colabora de manera directa con los trabajadores de la línea de producción", según explica la compañía. A diferencia de los robots convencionales que se utilizan de forma intensiva en las áreas de soldadura, por ejemplo, el nuevo robot colaborativo no se encuentra cerrado dentro de la línea, sino que está en un espacio abierto en el que los trabajadores entran para recoger las piezas sobre las que opera.
Mejora de la calidad
El nuevo cobot se encarga de la aplicación de la masilla del alerón del coche y su utilización supone, según Volkswagen, "una mejora más en la calidad del acabado del vehículo gracias a que siempre aplica la misma cantidad de producto y lo hace en el lugar exacto".
"Cuando ha acabado de aplicar la masilla, el trabajador se acerca al robot y se lleva el alerón para su instalación en el coche dentro de la línea", explica la compañía.