Los trabajadores de la fábrica de Skoda de Mlada Boleslav (República Checa) se preparan para reanudar la producción de su modelo estrella, el eléctrico Enyaq. Su vuelta al trabajo depende de la llegada de suministros de mazos de cableado, un componente que se ha convertido en estratégico con la guerra de Ucrania. Los empleados checos de Skoda se beneficiarán de un 'milagro' en plena guerra gracias a trabajadores del proveedor Leoni en Ucrania que van camino de convertirse en héroes por reanudar la actividad.
Los mazos de cableado que fabrican los empleados de Leoni con la amenaza de los bombardeos en Ucrania tendrán que viajar 900 kilómetros hasta llegar a la planta de Mlada Boleslav. "Nuestro proveedor en Ucrania decidió reiniciar la producción de mazos de cables esta semana, con servicio completo y seguridad total para los trabajadores allí", aseguró, con un tono entre la incredulidad y la admiración, Karsten Schnake, responsable de compras de Skoda en la presentación de resultados de la marca del grupo Volkswagen.
Producción al 70% en Ucrania
El día después, Aldo Kamper, consejero delegado de Leoni, confirmaba los planes para reanudar y recuperar producción en sus dos factorías situadas en el oeste de Ucrania, en las que antes de la guerra trabajan 7.000 personas. “Es a la vez impresionante y conmovedor cómo nuestros empleados están decididos a no dejar que la situación se apodere de ellos, sino a defender a su país y su estilo de vida. Su seguridad y sus vidas son una prioridad para nosotros”, destacó Kamper.
Los empleados de Leoni que permanecen en Ucrania al no haber huido o haberse enrolado en el Ejército de su país se han organizado para volver a sus puestos cuando no están en los refugios para protegerse de los bombardeos de Rusia. Las factorías de Leoni, uno de los principales fabricantes de cableado, trabajan al 40% y quieren llegar al 70% gracias a un turno adicional de noche. Kamper aseguró que en estos momentos es posible el transporte de componentes y de la producción entre las dos plantas y la frontera de Ucrania con los países fronterizos.
Proveedores alternativos
El parón de las fábricas de Leoni y de otros proveedores de Ucrania ha puesto en evidencia, de nuevo, la gran dependencia y fragilidad de los fabricantes automovilísticos de la cadena de suministro. En este caso no se trata de un proveedor lejano afectado por el coronavirus, sino de plantas más cercanas, a menos de 1.000 kilómetros de distancia y a las puertas de la Unión Europea que se han visto golpeadas por la guerra salvaje desatada por Vladimir Putin.
La reacción de los trabaajdores de Leoni ha desbordado cualquier previsión de sus clientes, que no contaban con que volvieran a sus puestos con las bombas todavía cayendo. Pero, después de superado el mes del conflicto bélico, tanto Leoni como sus marcas clientes están buscando alternativas trasladando producción a otros países. Precisamente, los trabajadores de Leoni de Ucrania luchan también por su supervivencia laboral e industrial y por mantener su posición en la industria global de la automoción cuando finalice la guerra de Putin.