La nueva reforma laboral pactada entre Gobierno, sindicatos y patronales ha dejado algunas heridas en el sector de automoción. Las patronales del automóvil se han alineado en el bando de las organizaciones díscolas que no han apoyado el acuerdo negociado por la CEOE. Aunque los cambios introducidos recogen algunas de las reivindicaciones de esas patronales y de los sindicatos como una nueva figura de ERTE más flexible, también quita poder al convenio de empresa para cederlo al del sector.
Tanto Anfac como Faconauto y Ganvam han mostrado, internamente o en público, sus objeciones al acuerdo sobre el nuevo marco del mercado de trabajo, que modifica algunos aspectos nucleares de la polécmica reforma laboral unilateral del Gobierno del PP de Mariano Rajoy en 2012, en plena crisis financiera. Anfac, Ganvam y Faconauto se alinean así con organizaciones empresariales como Asaja, Foment del Treball y la patronal de Madrid, que se habrían abstenido en la votación de la nueva reforma laboral en el seno del comité ejecutivo de la CEOE.
La dirección de la CEOE encabezada por Antonio Garamendi ha destacado que "el acuerdo consolida el modelo laboral actual, que ha permitido incrementar la productividad de las empresas, asegurar su competitividad y contribuir al crecimiento del empleo". Para la CEOE, la clave es que "mantiene intactos los mecanismos de flexibilidad interna que garantizan la adaptabilidad de las empresas a las circunstancias, asegura la libertad de empresa y la seguridad jurídica y contribuye a la paz social".
El sector gana poder
Pero las patronales de automoción no están de acuerdo plenamente con estas afirmaciones ya que la CEOE ha cedido en un aspecto que consideraban como esencial, que es la prevalencia del pacto sobre salarios en los convenios de empresa. A partir de la entrada en vigor de la reforma laboral del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, el convenio de sector recuperará su prevalencia sobre el convenio de empresa. Éste podrá regular la elección entre abono o compensación de horas extras; el horario y la distribución del tiempo de trabajo; la adaptación de la clasificación profesional y las medidas de conciliación familiar, pero no los sueldos de los trabajadores.
Con este cambio, se pretende taponar la vía de precarización que supusieron las empresas de servicios integrales con convenios por propios por debajo de las retribuciones sectoriales, especialmente en actividades como la hostelería con las famosas camareras de piso o kellys.
El presidente de Anfac y de Renault España, José Vicente de los Mozos, ha alertado en los meses previos al acuerdo de la reforma laboral de los efectos negativos que tendría una derogación de aspectos que recorten la flexibilidad de las empresas, que es una de las claves de la industria de automoción de España para atraer inversiones.
Más rigidez de contratos
De hecho, en 2012, cuando se aprobó la reforma laboral de la ministra de Trabajo Fátima Báñez, Anfac destacó el avance que suponía "la prioridad que se da al convenio de empresa en algunas materias importantes".
La nueva regulación de los contratos de trabajo, que establece que la modalidad ordinaria será la indefinida mientras que habrá solo dos tipos temporales (estructural y formativo), tampoco ha sido del agrado de las patronales de automoción. El contrato temporal estructural sólo podrá responder a dos causas: por circunstancias de la producción (de seis meses ampliable a 12) y por sustitución de otro trabajador con reserva de puesto de trabajo.
Al mismo tiempo, se ha acordado reforzar la definición y causalidad del contrato formativo, ofreciendo dos tipos de contrato: el de formación en alternancia, que combinará trabajo y formación, y el contrato para la adquisición de la practica profesional. El contrato de formación dual se limitará a una edad máxima de 30 años, obligará a que el contratado tenga un tutor y su duración deberá estar comprendida entre tres meses y un máximo de dos años.
Nuevos ERTE estructurales
Donde sí hay consenso entre patronales y sindicatos es en relación a la flexibiliación de los ERTE. Los nuevos ERTE estructurales, denominados Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo, contarán con dos modalidades: una cíclica, cuando se aprecie una coyuntura macroeconómica que aconseje la adopción de instrumentos de estabilización y con una duración máxima de un año; y otra sectorial, a la que podrán acogerse las empresas cuando un determinado sector aprecie cambios que generen necesidades de recualificación y de transición profesional. La modalidad sectorial tendrá una duración máxima de un año, con posibilidad de dos prórrogas de seis meses cada una.
Estos nuevos ERTE se activarán por acuerdo del Consejo de Ministros, previa información y consulta con las organizaciones sindicales y empresariales. Activado el mecanismo, las empresas podrán acceder a beneficios en materia de cotización, vinculados al mantenimiento del empleo. Las empresas que contraten trabajadores incluidos en la modalidad sectorial tendrán derecho a bonificaciones en la cuota de la Seguridad Social de un 50% en el plazo de seis meses.