La negociación del nuevo convenio colectivo de las fábricas de Renault en España ha llegado al momento delicado del huevo o la gallina, es decir, del plan industrial o las medidas de competitividad. Los contactos han quedado en punto muerto ante el bloqueo de la negociación, en la que los sindicatos exigen conocer qué modelos van a producir en Valladolid y Palencia antes de entrar al trapo de las medidas para reducir costes y aumentar la flexibilidad.
La dirección de Renault España considera que esta postura de los sindicatos perjudica las opciones de las plantas españolas de lograr la adjudicación de modelos en el Plan Estratégico que presentará el consejero delegado, Luca de Meo, en enero. Para la compañía, no es posible asignar un modelo antes de conocer los costes de producción.
Renault ha calificado de "muy poco realista" la propuesta de los sindicatos para la negociación del convenio colectivo porque encarecería los costes un 56% y ha advertido de que "empeoraría la competitividad" y "dificultaría" la adjudicación de nuevos productos. Sin embargo, no ha cuantificado su propuesta, que preveía suprimir algunos complementos o rebajarlos de forma sustancial, especialmente los vinculados a la flexibilidad para ajustar la producción a las necesidades de mercado con turnos de fin de semana.
Advertencias de Renault
"Esta situación perjudicaría severamente la competitividad de las factorías españolas y su posicionamiento dentro del grupo Renault de cara a las futuras adjudicaciones", ha añadido la dirección de la empresa en relación con la plataforma de los sindicatos, a los que ha pedido que revisen sus pretensiones con posturas "más acordes a la situación actual".
La reacción sindical trastoca los planes de Renault en España, que quería cerrar un acuerdo antes de la presentación del Plan Estratégico en enero. Lo importante ahora es, según Renautl, negociar "un buen acuerdo previo" que sitúe a las fábricas españolas en la mejor posición de salida de cara a las próximas adjudicaciones.
La empresa ha asegurado que esta respuesta por parte de Renault ha llevado a la representación sindical a pedir que la negociación continúe a partir del momento en el que se adjudiquen a España los productos del nuevo Plan, aunque la dirección ha insistido en que esa información no puede ser aportada a la negociación hasta la presentación del citado Plan y ha apelado a la "responsabilidad" de los sindicatos y advertido de que se "compromete" el futuro de las fábricas españolas si no se llega a un acuerdo antes de las adjudicaciones.
El director de Recursos Humanos de Renault España, José Antonio Rodríguez, ha recordado la importancia de "mantener el atractivo de las plantas y de las ingenierías españolas para ser adjudicatario de productos" y ha apuntado que "supeditar el avance de las negociaciones a la presentación del Plan Estratégico supone perder la oportunidad de anticiparse y prepararse para el futuro".
Despejar incertidumbres
La visión sindical es radicalmente opuesta ya que no quieren dar el cheque en blanco que supondría negociar medidas de recorte de gastos sin saber qué modelos se van a producir en las factorías españolas. Así lo han señalado los sindicatos CCOO, UGT, CGT y Trabajadores Unidos (TU). Todos los sindicatos han reclamado que se aclare el futuro y han concidido a la hora de advertir de que no cederán al "chantaje" de la empresa.
CCOO ha aclarado a la dirección de Renault que "no puede jugar" con el futuro de 13.000 trabajadores, además de todo el ecosistema de proveedores con unos 30.000 empleados.
Los trabajadores tienen "inquietud", según UGT, por saber qué modelos llegarán a la factoría Palencia una vez anunciado que el nuevo Mégane será eléctrico y se fabricará en Francia y no en la planta de Castilla y León. La incertidumbre en Valladolid se centra en saber qué pasará en la próxima generación del Captur o incluso si se fabricará algún modelo conjuntamente al que se produce en la actualidad y en saber cuál es el futuro de la planta de motores teniendo en cuenta el desplome del diésel y los nuevos impuestos y cambios normativos que también afectan los propulsores de gasolina.
También tienen "inquietud" por despejar el futuro incierto de la fábrica de Sevilla, saber si llegarán otras cajas de velocidad que sustituyan a las actuales o si los planes del Grupo de reducción de las ingenierías van a impactar o no en España o por centros como el de Madrid.
UGT ha criticado que la empresa se niegue a desvelar el futuro de las factorías y que, "en un tono inusualmente duro en este tipo de reuniones", haya tildado de "irresponsable" la postura de la representación de los trabajadores tras presentar su plataforma reivindicativa consensuada.