Entre las fábricas que tiene el grupo Volkswagen destaca la de Wolfsburg. No solo porque se encuentra junto al cuartel general y porque tiene una parte histórica, sino también porque es la más grande del grupo y ahora también es una de las más afectadas por la falta de microchips. Los parones forzados por la interrupción del suministro de componentes electrónicos ha provocado que la actividad de la planta haya caído hasta los niveles más bajos desde 1958, según destaca la prensa alemana.

La factoría de Wolfsburg, en el Estado federal de Baja Sajonia, ha producido solo 300.000 automóviles en lo que va de año, según indicó una fuente conocedora de las cifras de actividad citada porla agencia Reuters. Se trata de la cifra más baja desde 1958 y muy por debajo de la media del centro industrial anterior a la llegada de la pandemia. En los últimos 10 años, la fábrica de Wolfsburg ensambló una media anual de 780.000 unidades y la compañía aspiraba a alcanzar el millón de unidades, aunque en 2020 registró una producción de unos 500.000 vehículos después de estar cerrada durante varias semanas por los confinamientos y la baja demanda en los principales mercados.

La previsión de la compañía es acabar el año 2021 con un volumen de producción inferior al de 2020, que fue una excepción motivada por las medidas frente al coronavirus, según publica el diario alemán Die Zeit. Volkswagen y otras multinacionales del sector del automóvil ya han avisado de que no ven a corto plazo una mejora del suministro de chips y que la crisis se alargará durante 2022. 

La ciudad de Volkswagen

Volkswagen, al igual que otras marcas europeas, están dando prioridad a la fabricación de modelos eléctricos e híbridos para beneficiarse de su valor más alto, lo que está reportando importantes beneficios, y para reducir sus emisiones medias de CO2 y evitar las multas de la Comisión Europea por superar los límites. 

La principal planta de Volkswagen produce los modelos Golf, Tiguan y Touran, asi como el Seat Tarraco, que cuentan con versiones híbridas pero no eléctricas. La factoría constituye una verdadera ciudad interior con una superficie total de 6,5 kilómetros y 1,5 kilómetros cuadrados construidos. Las vías de comunicación interna tienen un tráfico constante de vehículos que van y vienen cargados de material, de empleados que se desplazan en 6.000 bicis y de trenecitos con unos 1.000 visitantes diarios en los buenos momentos. En esta ciudad industrial trabajan cada día unos 60.000 empleados, de los que 20.000 operarios se dedican directamente a las cinco líneas de montaje existentes. Sus compañeros de trabajo son 3.000 robots.