La vuelta de Honda a la Fórmula 1 estuvo envuelta de una aureola de campeones. El recuerdo de los triunfos de la época dorada, el fichaje de Fernando Alonso y un marketing desaforado han convertido el estreno de McLaren Honda en Australia en un baño de realismo y de humildad. La "nueva era" que anunciaba la publicidad de la marca japonesa queda todavía muy lejos.
"Aquellos viejos tiempos. Unos años maravillosos. Una época dorada. McLaren-Honda se remonta a la década de los 80. Ahora estamos aquí para volver a hacer historia en la F1". Esa es la ambiciosa declaración que se puede leer en la página web de Honda. En cambio, en el comunicado que hizo público el equipo de Fórmula 1 después del Gran Premio de Melbourne se había rebajado ese tono eufórico y se hablaba ya de que el mero hecho de acabar la carrera había sido "una pequeña victoria".
Los resultados fueron demoledores: con la ausencia de Alonso todavía recuperándose de su misterioso accidente, McLaren Honda logró un último puesto con el coche de Button, que fue el único que fue doblado dos veces por cinco pilotos encabezados por la flecha plateada de Hamilton. La vuelta más rápida de Button se quedó a 2,293 segundos de la de Hamilton y con una velocidad media de 204,5 km/h frente a 209,9 del ganador.
El problema no es el resultado en sí, sino la discrepancia con la "nueva era" que prometía Honda. La inversión millonaria de la marca japonesa se ha visto perjudicada por una campaña de marketing muy alejada de la realidad, lo que acaba creando frustración. Así las cosas, Honda tardará bastante en rentabilizar su apuesta por la F1 a no ser que los ingenieros encuentren un conejo en la chistera o que el regreso de Alonso tenga un efecto milagroso.
El contexto tampoco ayudará a McLaren Honda. Los Mercedes siguen con su dominio absoluto, hasta el punto que la realización de la señal de televisión de la FIA apenas saca imágenes de los dos primeros monoplazas y se centra en las batallas por el tercer puesto entre Williams y una Ferrari que parece que ha recuperado brío con Vettel.