La presente semana se inició con la mala e inesperada noticia del fallecimiento de Mario Armero después de una corta y grave enfermedad. Hijo de José Mario Armero, fundador de la agencia de noticias Europa Press y personaje clave en la transición española, se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Alcanzó una máxima notoriedad en el mundo empresarial al ser nombrado, por la estadounidense General Electric, presidente para España y Portugal entre los años 2001 y 2008, después de haber pasado por AT&T España. Y posteriormente , en 2012, fue nombrado vicepresidente ejecutivo de Anfac, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.
Impulso al sector del automóvil
Es en esa época en la que tuve la ocasión de tener una buena relación con él. Y mi opinión personal es que el sector de automoción español le debe mucho. Es más, me atrevo a decir que lo puso en el mapa del mundo empresarial e industrial. De su padre debió heredar una gran capacidad para establecer contactos al más alto nivel, con otras empresas y con las diferentes administraciones. Y gracias a ello, puso punto final a una larga época de perfil bajo de comunicación por el que la industria del automóvil había apostado. Una estrategia con la que cada marca hacía la “guerra por su cuenta”, consiguiendo alguna pequeña ventaja para ella, mientras que el sector era casi ignorado por el Gobierno de la nación. Mario Armero puso fin a todo esto y de pronto, el sector del automóvil empezó a estar en boca de los ministros que comenzaron a asistir a sus eventos.
Acostumbrado a tener que batallar en el mundo de las grandes empresas multinacionales, pese a su exquisita educación, no era un hombre de un fácil primer contacto. Perfeccionista y puntilloso, sus primeros momentos en Anfac no se distinguieron por que hiciera grandes amistades. Ni entre los dirigentes de las marcas asociadas, ni entre quienes trabajaban con él en la entidad. Pero, como los objetivos que tenía la institución se estaban consiguiendo, poco a poco todo el mundo fue aceptando la evidencia.
Detrás de la 'Movida madrileña'
Fue entonces cuando, en mi caso, descubrí otra faceta de Mario Armero. La de un personaje divertido, un protagonista en primera persona de la 'Movida madrileña' al involucrarse en el funcionamiento de salas míticas en el rock, como Pentagrama, El Jardín o Rock-ola. En esa época dirigió también un programa musical con el nombre de Revólver, en una emisora que se llamaba Onda2. Y fueron decisivos, él y sus amigos del Liceo Francés en que salieran a delante grupos como Nacha Pop.
Desafortunadamente, esta faceta de hombre que podía ser muy cercano, la descubrimos muy pocos y, en 2019 llegó a un acuerdo para dejar su puesto en Anfac. Organizó un acto de despedida en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en el que reunió a buena parte del sector, a los amigos y a los menos amigos. En los últimos tiempos, fue nombrado presidente de España y Portugal de Tikehau Capital, moviendo un presupuesto de 40.000 millones de euros. Asimismo, era consejero de otras empresas.
Descansa en paz, Mario. Y gracias por haber conseguido poner de manifiesto un sector que, siendo de gran importancia para España, había decidido esconderse y no hacerse valer.