Cuando conducimos un coche, vamos convencidos de que todo los sistemas del vehículo tienen que funcionar a la perfección. Pero no somos conscientes del camino que ha seguido el coche hasta que esos sistemas recibieran el visto bueno después de múltiples pruebas. Tampoco somos conscientes de los riesgos derivados de esas pruebas a los que se someten los conductores y técnicos encargados de comprobar el funcionamiento de los vehículos.
Los trabajadores del circuito de pruebas de Idiada, que gestiona la empresa de certificación industrial Applus, se han plantado ante la acumulación de esos riesgos para su seguridad en las pruebas para verificar la seguridad de los vehículos. En este caso, los ocupantes de los vehículos son humanos y no un dummy. Dos de ellos murieron en un choque en el 2006. Desde entonces, ha habido un reguero de accidentes con heridos de diversa consideración con actas de inspectores de Trabajo que instan a la empresa a subsanar deficiencias de seguridad, tal como se publicó en El Periódico. Además de la posible responsabilidad de la compañía, los fabricantes de vehículos no pueden inhibirse de esos problemas denunciados y tienen que intervenir para que las pruebas de sus coches sean seguras. Tampoco puede inhibirse la Generalitat de Cataluña, que actúa como juez y parte puesto que tiene la competencia de la inspección de Trabajo en riesgos laborales y es accionista de Idiada Automotive Technology, con un 20% del capital, y forma parte de su consejo de administración. Los sucesivos presidentes de la Generalitat han visitado en numerosas instalaciones las instalaciones, como Artur Mas en el 2013 (en la foto) y Carles Puigdemont en agosto pasado.