En una industria globalizada como la del automóvil, cuando tu vecino tiene problemas, tú también tienes problemas. Y más si ese vecino es el Reino Unido, el tercer mercado para los coches 'made in Spain'. Inglaterra ha iniciado un nuevo ciclo a la baja que se está agravando con la incertidumbre creada en muchos ciudadanos por el Brexit. La ola generada en las islas británicas está llegando ya a las fábricas de automóviles españolas, que han reducido sus exportaciones al Reino Unido un 16% en septiembre, lo que ha influido especialmente en la caída de la producción aquí de un 5,3%. El problema no ha hecho más que empezar puesto que la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Inglaterra ya ha avisado de que las ventas de coches en el país acabarán el año estancadas y que en el 2017 bajarán más.
Medidas de flexibilidad y EREs
Por eso no será extraño ver como las fábricas españolas reducen su ritmo de producción en los próximos meses, con la necesidad de aplicar medidas de flexibilidad o EREs temporales, y sus directivos cruzarán los dedos para que amaine el temporal del Brexit y otros países aguanten para seguir vendiéndoles coches. Y todo ello sin PIVE en España.