Los trabajadores de la fábrica del grupo PSA en Vigo han dado un toque de atención a la multinacional. El conflicto laboral que se originó hace unas semanas ha ido aumentando su intensidad hasta desembocar en una huelga convocada para este jueves. El paro ha dejado las líneas de montaje inactivas.
Aunque la dirección de PSA ha intentado minimizar el impacto de la huelga cifrando su seguimiento en un 15%, las imágenes colgadas en redes sociales por trabajadores y sindicalistas muestran concentraciones de un gran número de trabajadores. Los sindicatos hablan de un seguimiento de la huelga de dos horas por turno del 80%, lo que ha imposibilitado que PSA mantuviera la actividad en las líneas de montaje.
La previsión de los sindicatos es que la factoría de PSA de Vigo dejará de producir unos 500 vehículos durante el día de hoy. El conflicto lleva larvándose varios meses, desde que se incrementó el ritmo diario de producción sin que la dirección de la fábrica ni del grupo atendieran las peticiones del comité de reforzar la línea de montaje con nuevas contrataciones. Unos días antes de la huelga, los tres dirigentes de los principales sindicatos se encerraron en las oficinas de PSA en Vigo junto al despacho del director de la planta.
Segundo día de huelga
La reunión mantenida esta semana entre los dirigentes sindicales y el director de la planta no sirvió para acercar posiciones. El llamamiento al diálogo y la reflexión que defendió el directivo fue respondido por los sindicatos reiterando la urgencia de dar una solución a la sobrecarga de trabajo que sufren los operarios para evitar las lesiones y la merma de calidad en los vehículos. El comité ya ha anunciado una segunda convocatoria de paro en el caso de que PSA no dé una solución al problema denunciado.
"Los tres sindicatos centrales no querían una confrontación pero después de cuatro meses de prolongar la implementación de medidas urgentes para mejorar las condiciones de trabajo, no podemos confiar en las buenas palabras, incluso si vienen del director del centro. Estamos abiertos al diálogo, pero queremos hechos", indican los sindicatos.