El proyecto estratégico con fondos de recuperación (PERTE) para impulsar todo el ecosistema de la movilidad eléctrica en España acaba de recibir dos importantes impulsos que despejan el camino. Después de la asignación de 3.000 millones de la Comisión Europea y de la aprobación condicionada a las ayudas de la inversión de Volkswagen en Martorell y Pamplona, llega el momento de la convocatoria del PERTE y de la fase final en la pugna autonómica por acoger la primera gran planta de producción de baterías.
Desde que se empezó a plantear la idea del ambicioso PERTE del vehículo eléctrico y conectado, dotado con 4.295 millones de los nuevos fondos europeos Next Generation EU, una decena de comunidades autónomas se han postulado para acoger la gigafábrica o alguna de las partes del proyecto del PERTE. En la fase final de las negociaciones en marcha, hay tres comunidades que se han situado como emplazamientos favoritos: Aragón, Valencia y Extremadura, según explica Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del consejo de administración del consorcio Volkswagen.
La opción catalana, relegada
La opción de ubicar la planta de baterías en Cataluña, junto a Martorell o en terrenos de Lleida y Tarragona, pierde opciones en la pugna final debido a la necesidad de repartir las inversiones y no focalizarlas en la comunidad catalana. La fábrica de Seat de Martorell será, previsiblemente, la que reciba más fondos del paquete destinado a la transformación de las fábricas para adaptarlas a la producción de los nuevos coches eléctricos asignados. La factoría de Pamplona también recibiría esas ayudas, aunque su capacidad es de más de 300.000 vehículos frente a los más de 500.000 de Martorell.
De hecho, la localización de la planta de producción de baterías en Aragón se perfila como la favorita debido a, entre otros factores, su situación geográfica a medio camino de Pamplona y Navarra, lo que repercutiría en un ahorro de costes logísticos. Sin embargo, el emplazamiento de Extremadura tendría la ventaja de la proximidad a la mina de extracción del litio, la principal materia prima de las baterías. En cambio, la candidatura valencia sitúa la planta de las celdas para almacenar electricidad en Sagunto, a muy poca distancia de la factoría de Ford de Almussafes. Hay que tener en cuenta que Ford y Volkswagen mantienen una alianza que prevé compartir plataformas de modelos eléctricos.
Creación de 2.000 empleos
El gran interés despertado por este proyecto no es de extrañar teniendo en cuenta que la planta de baterías será el corazón en el futuro de la automoción y debido a las cifras que tendrá. Sumará la parte más importante de la inversión y permitirá crear unos 2.000 empleos, según han indicado fuentes conocedoras del proyecto Future: Fast Forward (F3) liderado por Seat y el Grupo Volkswagen en compañía de una treintena de grandes, medianas y pequeñas empresas.
Su capacidad programada de 40 GWh la convertirá en una de las grandes plantas de baterías de la veintena de factorías en construcción o programadas en Europa, con capacidad suficiente para abastecer de este componente estratégico a unos 800.000 coches al año. Esa es, precisamente, la producción a la que aspiran de forma conjunta las fábricas de Seat de Martorell y de Volkswagen en Navarra de los nuevos modelos eléctricos compactos asignados. Junto a la planta de producción de baterías, será necesario contar con instalaciones para el empaquetado y ensamblaje de las celdas de electricidad en los 'packs' que se instalan en los vehículos. Seat ya ha anunciado que esa planta debería estar situada en las proximidades de Martorell.