La dirección de la fábrica de Faurecia de Abrera ha anunciado al comité que tiene un excedente de 160 empleados, lo que supone más de la mitad de la plantilla. El anuncio hecho por parte de la multinacional ha sembrado la preocupación en los sindicatos, que recuerdan que la plantilla se volcó a final de 2019 en recuperar la producción tras un incendio que paralizó las líneas de montaje de Seat de Martorell.

Según explicó la empresa al comité en una reunión mantenida esta semana, la planta de salpicaderos de Faurecia de Abrera, situada a muy poca distancia de la fábrica de Seat de Martorell, sufre un descenso de la carga de trabajo que provoca que haya un exceso de plantilla de 160 trabajadores.

Entre las causas esgrimidas se encuentra la falta de concreción de un proyecto de Seat que podría dar trabajo a más operarios. La  empresa anunció al comité la necesidad de negociar un plan de competitividad con el fin de reducir los costes y optar a la adjudicación de unas nuevas consolas y paneles para salpicaderos de Seat, según ha informado el comité de empresa de Faurecia Abrera en un comunicado enviado a la plantilla. En caso de que no se lograra ese contrato, no se aplicarían las nuevas condiciones acordadas, según el planteamiento comunicado por la empresa.

ERTE en vigor

Los contactos entre la dirección y el comité seguirán este lunes 27 de julio. Los representantes sindicales ya han advertido a la plantilla que la cifra de 160 empleados como excedente está hinchada y que no es creíble. "No nos vamos a sentar a hablar de despidos, lo que sí vamos a hacer es sentarnos a defender los 300 puestos de trabajo", ha indicado el comité.

De momento, la plantilla de Faurecia Abrera se encuentra en un ERTE que se aplica de forma rotatoria a los empleados. El ERTE finalizará el 30 de septiembre. 

Los 300 empleados de Faurecia de Abrera son los mismos que tuvieron que trabajar de forma intensa en noviembre y diciembre de 2019 para recuperar la producción de paneles para salpicaderos, que quedó paralizada por un incendio. Como consecuencia, la producción de Seat en Martorell quedó parada durante semanas.