Desde las disputas entre italianos y franceses por el legado de Leonardo da Vinci no se había vivido un enfrentamiento igual entre los dos países separados por los Alpes. Ahora el automóvil puede desencadenar una guerra diplomática sin precedentes en el seno del grupo Stellantis.
Los rumores de fusión entre Stellantis y Renault han disparado todas las alarmas en Italia y el desmentido por parte de John Elkann, presidente de Stellantis, no ha tranquilizado a nadie en sus filas. Quizás en Italia también se aplica el refrán "si el rio suena….".
Los empleados dicen basta
Poco después de estallar la tensión política entre Roma y París, los trabajadores de la histórica fábrica de Mirafiori, en Turin, inaugurada en 1939 y donde en 1945 arrancó con una huelga la caída del régimen fascista de Mussolini decidieron manifestarse de forma espontánea tras la asamblea convocada por el sindicado FIOM (Federazione Impiegati Operai Metallurgici) que agrupa a los trabajadores del sector del metal.
Tras la reunión, los trabajadores del segundo turno de la línea del Fiat 500e salieron de la fábrica en manifestación. Y los sindicatos también anuncian estar preparados para la batalla. Es una primera señal de la parte laboral italiana tras las tensiones entre el Gobierno de Giorgia Meloni y Stellantis y, sobre todo, las declaraciones de Carlos Tavares sobre los efectos negativos de las políticas de ayudas del gobierno italiano.
“Los trabajadores están preocupados, quieren enviar una señal precisa a las instituciones. Mirafiori no puede cerrar”, declaró el secretario general de la FIOM en Turín, Edi Lazzi, y el número uno de la socialista CGIL (Confederazione Generale Italiana del Lavoro) de la región del PIamonte, Giorgio Airaudo. Sindicatos y trabajadores temen por el futuro de las ex plantas de Fiat en Italia, Mirafiori y Pomigliano en el sur.
Defensa de Mirafiori
Los trabajadores llamaron a la movilización “como hicieron los agricultores” antes las incertidumbres. Airaudo remarco que “a partir de 2027 Mirafiori no tendrá productos, El Maserati Levante acaba en primavera (actualmente se producen 20 unidades al día), los nuevos Maserati se han pospuestos al 2027 o 2028 y a partir del lunes 12 sólo trabajará un turno sobre el Fiat 500 eléctrico, con estas cifras si no llegan nuevos productos y no hay un cambio de tendencia en el mercado europeo, Mirafiori dejará de producir”.
Tras el intercambio de comunicaciones entre el Gobierno italiano, Carlos Tavares y John Elkann, el ministro de Empresas y Made in Italy, Adolfo Urso, declaró que el nuevo plan de incentivos que prepara Italia “está orientado sobre todo a modelos que se pueden realizar en nuestro país. Esperamos que la empresa cumpla con respecto a los objetivos que se ha fijado y que ha afirmado en todas las fábricas, debe haber una respuesta adecuada al plan de producción de automóviles en nuestro país”. Llueve sobre mojado en un cruce entre empresas y políticos que no pinta nada bien porque previamente Tavares criticó a la presidenta italiana por no apoyar la venta de vehículos eléctricos
Reunión con Meloni y Tavares
Los sindicatos habían pedido una reunión conjunta en el Palazzo Chigi (la Moncloa en Italia) con la primer ministra, Giorgia Meloni, y el director general de Stellantis, Carlos Tavares, para discutir la situación del productor italo-frances-estadounidense en Italia.
Mientras, al otro lado de los Pirineos guardan silencio y expresan temor. El matrimonio entre Renault, dirigida por un italiano (Luca de Meo) y Stellantis no es muy bien recibido por la prensa gala que teme más impactos en su estructura industrial. La operación es un antiguo proyecto del que ya se habló en 1970, entonces entre Renault y PSA y en 2013 cunado PSA estaba al borde de la quiebra y Carlos Ghosn estaba al frente de la marca del rombo.
Lo paradójico es que ahora el Estado francés es propietario del 6,1% de Stellantis (y del 9,6% de los derechos de voto) y del 15% del capital de Renault. Sin embargo, Exor, el holding de la familia Agnelli, controla más del 14% de Stellantis y la familia Peugeot el 7,2% a través de sus empresas de inversión. Todavia no está claro si esto es una venganza de Asterix y Obelix contra Cesar o el robo de la Gioconda pero la historia no ha escrito su ultimo capitulo.