Las fábricas de automoción de EEUU de Ford, Stellantis y General Motors y sus proveedores están mostrando un apoyo casi absoluto a la convocatoria de huelga para reclamar mejoras en el nuevo convenio. Las votaciones realizadas durante esta semana de consultas han dado como resultado un respaldo que supera el 90% en la mayoría de referéndums y que roza el 100% en algunos casos. La huelga, que parece cada día más inevitable, tendrá un coste global para el sector de unos 460 millones de euros durante cada jornada de paro, según algunas estimaciones.
El sindicato UAW se ha volcado en los preparativos de lo que puede ser la gran huelga de la industria de automoción de EEUU. Durante esta semana, los centros de trabajo están votando la propuesta de huelga para que el sindicato Union Auto Workers la convoque cuando vea que es conveniente en función de la evolución de las negociaciones. La fecha clave es el día 14 de septiembre, cuando finaliza la vigencia de los convenios colectivos de los tres grandes fabricantes del país y de sus proveedores.
Apoyo casi absoluto a la huelga
A falta de cerrar todas las consultas, los 146.000 trabajadores del sector en EEUU están dejando claro su apoyo a la movilización en defensa de las reivindicaciones de mejoras laborales. En algunos centros de trabajo, el rechazo a la huelga llega a un insignificante 1%, según los resultados publicados por UAW en su cuenta de X (antes Twitter).
En los últimos días, Shawn Fain, el presidente del sindicato UAW, ha multiplicado su presencia en actos de protesta que pretenden calentar el ambiente y presionar a las empresas a mover ficha. En una concentración frente a una planta de Stellantis (que engloba la antigua Chrysler) en Detroit, Fain enarboló las pancartas que resumen las reivindicaciones sindicales. "Esto es lo que se podrá ver si no hay acuerdo", advirtió. Unos días antes, el sindicalista escenificó el rechazo a la propuesta de recortes de Stellantis lanzando el documento a la basura.
El sindicato reclama una subida salarial escalonada durante los próximos cuatro años de hasta el 46% además de otras peticiones como la inclusión en UAW de los trabajad, advirtió. ores de las plantas donde se producirán baterías para vehículos eléctricos. El sindicato basa sus peticiones en los beneficios récord de las compañías, que en la última década han sumado 250.000 millones de dólares y, en la primera mitad de este año, 21.000 millones de dólares. UAW reclama que EEUU siga el camino de las negociaciones de Volkswagen o de Toyota en sus países de origen.
Apoyo de Biden a la negociación
"Nuestras prioridades son claras, las compañías pueden asumirlas y queda mucho tiempo para que los Tres Grandes se pongan a negociar en serio", aseguró Fain en referencia a los tres fabricantes de automóviles.
Fain ha agradecido al presidente de EEUU, Joe Biden, la declaración que hizo en apoyo de un acuerdo "justo" que incluya "buenos salarios" y que garantice el derecho de sindicalización de los trabajadores. "En este momento crítico para las negociaciones, agradecemos que el presidente Biden apoye convenios fuertes que aseguren puestos de trabajo sindicalizados con buenos salarios y que permitan una transición justa hacia un futuro de vehículos eléctricos", dijo Fain.
Una huelga de diez días tendría un coste de 5.000 millones de dólares (4.599 millones de euros al cambio de hoy), según un estudio realizado por lnderson Economic Group (AEG). El estudio estima que una huelga de diez días le costaría a los trabajadores afiliados a UAW 859 millones de dólares en pérdida de salarios. Para las empresas, el costo sería de 989 millones de dólares. El resto de las pérdidas, hasta llegar a los 5.000 millones de dólares, serían sufridas por trabajadores y empresas que dependen de los tres grandes fabricantes estadounidenses.