Hace tan solo unos días, los directivos del sector del automóvil manifestaban su deseo de que la situación política en España se estabilizara para facilitar la puesta en marcha de las medidas que consideran necesarias en un momento tan complicado como el actual. Pero sus deseos han caído en saco roto con la convocatoria de elecciones generales anticipadas.
Siete meses después de las elecciones de abril, los españoles están llamados de nuevo a las urnas el 10 de noviembre, cuando Pedro Sánchez espera que los ciudadanos hablen "aún más claro". En un clima de reproches mutuos entre el fallido candidato a la investidura y el resto de partidos sobre la responsabilidad en la falta de un acuerdo para formar Gobierno, Sánchez y el resto de líderes políticos se han puesto ya oficialmente en modo de campaña electoral.
Prohibición de diésel y gasolina
El presidente del Gobierno en funciones ha apuntado ya los ejes de las medidas que ahora se convertirán en su programa electoral, y que incluye propuestas de reforma del sector de automoción que tendrán que esperar ahora hasta 2020 teniendo en cuenta los plazos de constitución de las Cortes y de elección de un nuevo presidente y un Gobierno. Poco antes del desenlace hacia unas nuevas elecciones, Pedro Sánchez sufrió las críticas del sector ante la inclusión en su documento de medidas de Gobierno de la prohibición de la ventas de coches diésel y de gasolina a partir de 2040, que unas horas después fue suavizada. Las medidas también incluían un nuevo impuesto sobre el CO2.
El presidente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles (Anfac), José Vicente de los Mozos, pedía hace una semana la puesta en marcha de medidas urgentes como un plan Renove con el que frenar la caída de las ventas de coches en España, y reclamaba responsabilidad a los políticos para conseguir la estabilidad política necesaria para aprobar unos Presupuestos que permitan pasar página a las cuentas de 2018 del Ejecutivo de Mariano Rajoy, que siguen prorrogadas.
Propuestas pendientes
Asimismo, el presidente de Seat, Luca de Meo, también mostró su deseo de que se "reative la maquinaria política" para contar con más recursos económicos en un momento decisivo para la la automoción.
Igualmente, hace unos días el secretario general de Industria en funciones, Raül Blanco, destacaba la necesidad de disponer de un nuevo horizonte de cuatro años con nuevos Presupuestos con los que acometer un plan de apoyo al automóvil consensuado con el sector y que se encuentra en el cajón de los asuntos pendientes de estabilidad política. Ese plan de transición tiene que contar "con todas las tecnologías, incluidas el diésel y la gasolina", indicó en una entrevista con la web Coche Global.