Las empresas de automoción de la industria catalana tienen que replantear sus planes de negocio para afrontar los cambios en el sector si quieren sobrevivir. Es la advertencia lanzada por el Clúster de Industria de Automoción de Cataluña (CIAC) en la pesentación de su diagnóstico de la situación y de la hoja de ruta. El futuro pasa por alianzas e innovaciones en los productos, según Josep Maria Vall, presidente del CIAC. "Solos no lo conseguiremos", ha señalado el directivo, que ha alertado del riesgo de nuevos cierres de proveedores como los de Continental, Robert Bosch y Saint Gobain.
Las advertencias del CIAC y de la Generalitat de que puede haber una elevada mortalidad de proveedores catalanes víctimas de la nueva movilidad siguen vigentes como "toque de atención", según Vall. Desde que se hicieron esas previsiones, la situación ha empeorado con el anuncio de cierre de Nissan en Barcelona y de varios proveedores como Robert Bosch, Continental y Saint Gobain.
Los cierres de las plantas catalanas de estas empresas, que dejarán sin empleo a unos 1.200 trabajadores, tienen detrás precisamente los problemas de una reducción de volúmenes y la falta de inversión con el fin de preparar las factorías para nuevos productos de futuro. "Estamos dependiendo mucho de multinacionales, que ven solo puntitos en el mapa. No podemos decir que no volverá a pasar (cierres de fábricas), habrá más concentración", ha indicado Vall.
Planta de baterías en Nissan
La búsqueda de una fábrica de baterías para implantarse en Nissan es una necesidad para la supervivencia de la industria catalana. "Si no somos capaces de tener una fábrica de baterías en Cataluña, el futuro es duduso", ha alertado Vall. El momento de conseguir esa inversion es ahora, cuando están en juego la ubicación de plantas de baterías con una necesidad de unos seis centros de producción en Europa en la próxima década.
Pero el presidente del CIAC ha ido más allá y ha apuntado que la búsqueda de un fabricante de vehículos eléctricos para ubicarse en Nissan también sería una posibilidad para aprovechar la experiencia de la planta de la Zona Franca.
Los fabricantes de componentes trabajan ahora a un ritmo del 90% de la producción anterior a la pandemia con unas previsiones de cierre de 2020 de un descenso del 10 al 15%.
El sector vive un desplazamiento de la producción hacia China. Este año se prevé una producción más baja por el coronavirus de 72 millones de coches a nivel mundial, de los cuales un 25% se hacen en Europa. Las previsiones apuntan a que en 2040 solo se fabricarán en Europa un 5% de los vehículos mundiales debido al auge de China, que ahora mantiene un 28% y sigue aumentando.
Tendencias del sector
Según Josep Maria Vall, los grandes proveedores de componentes no tienen más remedio que unirse para seguir la tendencia de los fabricantes de vehículos de fusiones y de mayor exigencia de aportación en la cadena de valor.
El declive de los vehículos con motor de combustión interna no tiene marcha atrás, según Vall, aunque los consumidores siguen teniendo muchas dudas sobre qué tipo de coche comprar, por lo que en muchas ocasiones opta por un coche viejo que aumenta todavía más la edad media del parque automovilístico, situada ahora en España en 12,6 años.
Los vehículos con batería serán un 40%, los de combustión, un 22%, según las previsiones del CIAC para 2040. El resto se repartirá entre otras tecnologías como el hidrógeno.
La conectividad de los vehículos será plena a partir del año 2030, según el clúster, aunque el desarrollo del coche autónomo tardará más debido al retraso en las infraestructuras necesarias.
A todos estos cambios se une la nueva movilidad, donde hay hábitos diferentes y medios de transporte innovadores que obligarán a las marcas y a los concesionarios a ofrecer servicios y kilómetros de desplazamientos en lugar de únicamente coches. En 2030, habrá un 80% menos de propiedad de vehículos pero habrá otras fórmulas de uso.
Las claves para sobrevivir son innovación, flexibilidad para los cambios y rapidez en los cambios a pesar del contexto de gran incertidumbre por falta de informaciones. "Es un mundo más complicado para la automoción, pero lleno de oportunidades. El que sepa verlas, tendrá un buen futuro", ha asegurado el dirigente del clúster catalán.
Centro de FP de Martorell
El CIAC quiere predicar con el ejemplo y ha puesto en marcha un plan de reforma de su estructura interna para adaptarla a los nuevos desafíos. Las áreas internas se han modificado con la incorporación de nuevas áreas de oportunidades de negocio de la movilidad de futuro y de innovación impulsando el ecosistema de las empresas, que llevan a cabo más de 40 proyectos anuales de forma colaborativa. Todas las áreas del clúster tendrán una estructura más desarrollada en la participación y toma de decisiones de las empresas participantes.
La nueva plataforma de formación en colaboración con las universidades de Vic y la UPC cuenta con 100 alumnos y 50 retos lanzados por la industria con el propósito de superar la prueba piloto en lo que para la automoción es una asignatura pendiente. La plataforma se ha abierto ya a más de 90 centros formativos para extender la experiencia.
La gran espina clavada es el Centro de FP de Automoción de la Generalitat, que sigue casi en letargo desde su puesta en marcha con unas instalaciones que costaron unos 18 millones de euros debido a "problemas políticos", según Vall. "El centro está funcionando al ralentí y con unos objetivos diferentes para los que se creó", ha lamentado. El problema sigue siendo la licitación del gestor del centro, que se ha tenido que replantear por parte de la Generalitat.