Carlos Ghosn, ex CEO de la alianza Renault-Nissan ha conseguido esquivar hasta ahora las demandas judiciales de Francia y Japón. Desde que huyó del país asiático en diciembre de 2019, cuando estaba en arresto domiciliario, y se refugió en el Líbano, no había perdido ningún juicio… Hasta ahora.
Acosado por la orden de busca y captura de las autoridades de Japón y con una orden de detención en Francia, después de no presentarse a una citación en 19 de mayo de 2022 por sospechas de corrupción, acaba de perder su primer juicio desde que huyó de Japón en un lugar tan lejano como las Islas Vírgenes Británicas, en el Caribe y por un barco. La ley del mar.
Según un fallo de la corte suprema del Caribe Oriental en las Islas Vírgenes Británicas, Ghosn ha perdido la propiedad de su yate de 37 metros de eslora, el Shachou (posteriormente rebautizado como Twig). El juicio estuvo presidido por el juez del Tribunal Superior, Gerhard Wallbank, y es el primero oficial que pierde Ghosn desde su arresto inicial en Japón en noviembre de 2018, acusado de mala conducta financiera.
Un yate muy exclusivo
La demanda la habían presentado el fabricante japonés de automóviles Nissan Motor y su filial de Oriente Medio, alegaron que Ghosn había "malversado" 32 millones de dólares del Fondo de Reserva del CEO de Nissan, de los que 12,19 millones se usaron para comprar el yate. El fallo también concluyó que Ghosn y Beauty Yachts deberán devolver 32 millones y 13,66 millones, respectivamente, a Nissan.
El yate, diseñado por el astillero italianos Ferretti, se entregó en 2017. Era la segunda unidad de la serie Navetta 37, de los que se hicieron solo 15 unidades. Con un exterior diseñado por el estudio de arquitectura Zuccon International Project los interiores los realizó el equipo de Ferretti. El yate tiene cinco camarotes, el principal en la cubierta superior con una zona de oficina y vestidor, y capacidad para siete tripulantes.
Ghosn, que tiene ciudadanía libanesa, francesa y brasileña (país donde nació) desde que huyó de Japón sus principales problemas judiciales se han trasladado a Francia donde está investigado por la fiscalía. En mayo de 2021, la justicia de Países Bajos dictaminó que debía de abonar a la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi un total de cinco millones de euros por unos salarios que percibió cuando ya no formaba parte del grupo automovilístico.