El año 2018 ha ido de menos a más, de menos agitado al inicio del ejercicio a más convulso a medida que avanzaban los meses. La relativa calma de la primera mitad del año se convirtió en una tempestad en las fábricas y el mercado en el segundo semestre de 2018. Un calendario interactivo de la web Coche Global resume las principales noticias del año con un formato innovador y muy visual que aporta más información al lector.
El vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, resumía cómo se vivía la situación de la industria de automoción en la Asociación de Fabricantes. "Las oficinas de Anfac son un gabinete de crisis", decía Armero en noviembre, cuando el Gobierno hizo público su proyecto de Ley de Cambio Climático para prohibir la venta de coches diésel, de gasolina, híbridos y de gas a partir de 2040.
Pero la sacudida que vivía el sector se empezó a notar a principios del primer semestre, a medida que se acercaba la entrada en vigor, el 1 de septiembre, del nuevo protocolo de homologación de emisiones de gases y consumo de carburante de los vehículos (WLTP). En verano se inició un goteo inacabable de días de parón de la producción en muchas de las fábricas debido a la escasez y racionamiento de motores con la nueva homologación. En ese contexto, las plantas han ido tirando de la bolsa de flexibilidad interna hasta su agotamiento en algunos casos, lo que ha obligado a poner en marcha expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Esas medidas aparecen en el mapa interactivo de la situación en las fábricas españolas creado por la web Coche Global.
Mapa de los ajustes
"La situación de falta de motores nos ha obligado a aplicar la flexibilidad interna y a retrasar planificaciones de calendario de trabajo", reconocía Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y dirigente de UGT después de una de las múltiples reuniones mantenidas en los últimos meses con la dirección de la compañía para ajustar la producción hasta el último minuto a la espera de que el grupo Volkswagen suministrara propulsores.
Detrás de la elevada volatilidad del mercado, con fuertes subidas en julio y agosto y pronunciadas caídas desde septiembre, se encuentra también el estrechamiento del cerco al diésel. La demonización del gasóleo ha campado a sus anchas en 2018, especialmente con las medidas del nuevo Gobierno del PSOE y de Madrid y Barcelona. Después de la polémica frase pronunciada por la ministra de Transición Ecológica de que el diésel tiene los días contados, el Ejecutivo lanzó una bomba de destrucción masiva en forma de ultimátum para la desaparición de los vehículos que tengan emisiones de CO2. En 2040, dentro de 22 años, ya no se podrán vender coches diésel, de gasolina, híbridos o de gas, lo que causó la respuesta airada de las empresas del sector.
Los problemas coyunturales derivados del giro de la demanda en el mercado se han unido a la tendencia de fondo de la transición del viejo modelo de negocio de la automoción al de la nueva movilidad. En 2018 han proliferado las operaciones empresariales y las inversiones de los fabricantes de vehículos para situarse en la carrera hacia los nuevos servicios que demandan los usuarios, que cada vez más de decantan por el pago por uso en lugar de la compra. Entre los últimos ejemplos se encuentra la compra de la filial de coche conectado de Volvo por parte de Volkswagen.
Pero algunas compañías de la nueva movilidad tampoco han quedado al margen de las turbulencias. El paradigma ha sido Tesla, cuyo primer accionista, Elon Musk, ha tenido que ceder la presidencia por la acusación de fraude a los accionistas después del anuncio precipitado de una opa para que la marca dejara la bolsa.
Detenciones de Stadler y Ghosn
Otros altos directivos del sector han tenido problemas mucho más graves con la justicia. Ha sido el año de la caída de pesos pesados: Matthias Müller cedió la presidencia de Volkswagen a Herbert Diess y también el año de la detención de los presidentes de Audi, Rupert Stadler, y de Renault Nissan, Carlos Ghosn.
Entre las defunciones registradas, sin duda la más impactante fue la de Sergio Marchionne, que ha dejado huella en el grupo Fiat Chrysler.