El Brexit ha entrado en la recta final en un clima de tensión y muchos nervios. No es para menos teniendo en cuenta lo mucho que está en juego en general y en el sector de la automoción en concreto. El preacuerdo negociado entre Theresa May y la Comisión Europea no ha sido refrendado por el Parlamento de Londres, ante lo cual se han anunciado los planes de contingencia a ambos lados del Atlántico.
Las empresas de automoción se muestran pesimistas sobre el final del culebrón, al haber un 54% de compañías que prevén que la negociación del Brexit acabe sin acuerdo con lo que se activa el escenario de una salida dura del Reino Unido de la UE. Las empresas manifiestan que trabajan ya en un dispositivo para asumir el impacto en costes que supondrá que Inglaterra sea considerada como un país ajeno al mercado comunitario. El coste de estima en unos 5.000 millones solo para la automoción, especialmente en los aranceles que tendrá que pagar la industria por la importación de piezas y por exportar a la UE los coches fabricados.
Pérdidas en Europa también
El sector califica el escenario sin acuerdo de auténtica catástrofe al suponer un golpe irreparable para la competitividad de la industria del automóvil británica. Pero las pérdidas serán también cuantiosas al otro lado del Canal de la Mancha puesto que los grandes fabricantes implantados en territorio del Reino Unido con multinacionales europeas, norteamericanas o asiáticas. El pero escenario posible de cierres en cascada de plantas en Inglaterra provocaría unas pérdidas que contaminarían a las multinacionales con el riesgo de que las factorías ubicadas en Europa tengan que pagar la factura con ajustes de costes también.
Como defienden los partidarios acérrimos de la salida de la UE, "Brexit is Brexit", pero habría que añadir "con todas las consecuencias" si no hay acuerdo. Los efectos serían difícilmente asumibles por la población por el alto paro en las zonas más directamente afectadas por el cierre de fábricas en las que trabajan 856.000 empleados.
Por todo ello, la patronal británica de fabricantes y concesionarios SMMTP insta a los negociadores a buscar una solución al reto que tienen por delante porque el desacuerdo no puede ser una opción. Estoy de acuerdo en esa afirmación y me atrevo a aventurar que en los tres meses que quedan hasta que se agote el plazo de negociación, habrá acuerdo. Pero la pelota está en el tejado de los diputados conservadores más inflexibles con el Brexit y que han rechazado el preacuerdo al que se había llegado y que permitía al sector mantener el 'statu quo' con Europa.