Las alarmas por los efectos del Brexit se han encendido en la industria de automoción del Reino Unido. Los principales indicadores del sector están en negativo, especialmente el de la inversión de las empresas. En el primer semestre de este año, la inversión del sector se desplomó un 46% y pasó de 647,4 millones de libras en la primera mitad de 2017 a 347,3 millones en los seis primeros meses de 2018.
Las inversiones contabilizadas por la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles del Reino Unido (SMMT) incluyen la apuesta de las multinacionales en fábricas nuevas, maquinaria, utillaje, equipamiento y modelos nuevos. Al recorte de la inversión hay que sumar anuncios de recortes de plantilla en fábricas de vehículos de Gran Bretaña después de un 2017 con una evolución positiva.
Caída de las inversiones en el automóvil británico por la incertidumbre del Brexit
Los fabricantes de automóviles atribuyen el descalabro de las inversiones a la incertidumbre generada por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. "Hay una frustración creciente en los consejos de administración globales por la lentitud del ritmo de negociación", indica la SMMT, que advierte de que la situación actual con "mensajes contradictorios y líneas rojas va directamente contra los intereses del sector de automoción del Reino Unido, que ha prosperado en el mercado único y la pertenencia a la unión aduanera".
Para la industria del automóvil, "no existe un "plan B" creíble para los acuerdos aduaneros sin fricciones, ni es realista esperar que se puedan acordar nuevos acuerdos comerciales con el resto del mundo que replicarán el inmenso valor del comercio con la UE. El gobierno debe reconsiderar su posición sobre la unión aduanera".
Los fabricantes exigen garantías para las inversiones en las fábricas de Gran Bretaña
Los fabricantes de automóviles habían reclamado, después del referéndum a favor del Brexit, un compromiso del Gobierno británico para resarcir a las marcas por las inversiones realizadas en caso de que tuvieran que afrontar aranceles por vender en la UE los coches producidos en el Reino Unido. Al mismo tiempo, para la industria es esencial que los componentes que compran en la UE no resulten gravados por un arancel. Recientemente, la alemana BMW ha advertido de que se verá obligada a cerrar sus plantas en Gran Bretaña, en las que trabajan 8.000 empleados, si se encarecen los costes de producción por la imposición de aranceles a los componentes, que en un porcentaje muy elevado provienen de la UE.