La industria de automoción norteamericana se ha plantado ante Donald Trump y la invasión del Parlamento a la que animó a sus seguidores tras una concentración en Washington. La tensa relación que han mantenido en los ultimos cuatro años Trump y la industria del automóvil ha saltado por los aires después del asalto al Capitolio.
Jim Farley, consejero delegado de Ford, ha reaccionado, a través de un mensaje en Twitter, asegurando que la compañía "condena las acciones violentas y antidemocráticas" que se vivieron el día 6 de enero. "Fueron actos destructivos en contra de nuestros principios y creencias compartidos de una transición pacífica del poder. Nos comprometemos a trabajar juntos, con respeto y empatía, para defender los valores estadounidenses fundamentales", ha asegurado.
Para Mary Barra, consejera delegada de General Motors, "la transición pacífica del poder es una piedra angular de la democracia estadounidense e, independientemente de la política, la violencia en el Capitolio de EEUU no refleja quiénes somos como nación. Es imperativo que nos unamos como país y reforcemos los valores e ideales que nos unen".
Elon Musk, consejero delegado de Tesla, ha respondido a los hechos del día 6 reproduciendo un irónico meme en el que aparece la imagen de un seguidor de Trump disfrazado de bisonte con el torno desnudo con la leyenda: "Esto es lo que pasa cuando suspendes Burning Mang", en referencia al festival que se celebra cada año en la localidad temporal de Black Rock City, en la que no hay Gobierno.
La automoción de EEUU ha tenido que soportar durante el mandato de Trump sus críticas y persecución pública por tener fábricas en México y fuera de Estados Unidos, lo que ha llevado a los fabricantes a reconsiderar algunas inversiones. Sin embargo, los fabricantes automovilísticos se han beneficiado de la bajada de impuestos que ha aplicado el Gobierno de Donald Trump a las empresas.
Petición de destitución
Las grandes compañías estadounidenses han condenado con total claridad el asalto al Capitolio y una parte de ellas ha pedido que se destituya al presidente saliente. La Asociación Nacional de Fabricantes, una influyente organización con sede en Washington y que representa a más de 14.000 compañías, defendió en un comunicado que el vicepresidente, Mike Pence, debería "considerar seriamente" invocar la enmienda 25 de la Constitución para inhabilitar a Trump por supuesta incapacidad para gobernar.
"El presidente saliente incitó a la violencia en un intento para mantenerse en el poder y cualquier cargo electo que le defiende está violando su juramento a la Constitución y rechazando la democracia en favor de la anarquía", señaló su responsable, Jay Timmons. Timmons, antiguo directivo del Partido Republicano, subrayó que las denuncias de fraude electoral de Trump no tienen ninguna base y responsabilizó al mandatario y a su partido de lo sucedido. "Esto no es ley y orden. Esto es caos. Esto es la ley de la calle. Es peligroso. Esto es sedición y así debería tratarse", insistió.
La Business Roundtable, que reúne a los máximos directivos de decenas de grandes empresas, aseguró este jueves que "la inexcusable violencia y caos de ayer en el Capitolio dejan claro que la perpetuación de la ficción de una elección presidencial fraudulenta por parte de cargos electos no es solo reprobable, sino también peligrosa para la democracia, sociedad y economía".
El mundo empresarial, que en su mayoría se ha visto beneficiado por las políticas de Trump, había guardado silencio en general durante los últimos años ante las polémicas que han rodeado a la Presidencia del republicano.
Críticas próximas a Trump
Sin embargo, en esta ocasión las críticas llegaron incluso por parte de algunas figuras empresariales próximas al propio Trump, como el jefe de Blackstone Group, Stephen Scharzman, quien consideró que "la insurrección que siguió a las palabras del presidente es lamentable y una afrenta a los valores democráticos".
El mayor banco del país, JPMorgan Chase, subrayó en un mensaje de su máximo responsable, James Dimon, que los líderes tienen la responsabilidad de exigir el fin de la violencia, aceptar los resultados electorales y apoyar una transición pacífica. También denunciaron lo sucedido en Washington los jefes de otras grandes entidades como Citigroup, Wells Fargo, Bank of America o Goldman Sachs.
En el sector tecnológico, Sundar Pichai, el consejero delegado de Alphabet, matriz de Google, señaló que la "ilegalidad y violencia" vistas en el Capitolio son la "antítesis de la democracia". El jefe de Apple, Tim Cook, calificó el asalto al Capitolio de "triste y vergonzoso", y defendió que los "responsables de esta insurrección deben rendir cuentas". El consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo estar "entristecido" por la violencia, y subrayó que una transición pacífica en el Gobierno es "clave" y los líderes deben dar ejemplo, según un mensaje a la plantilla obtenido por The New York Times.
Muchos sindicatos también se sumaron a las condenas, con la North America's Building Trades Unions, que representa a más de tres millones de empleados de la construcción, urgiendo a Trump y a varios senadores republicanos que presentaron objeciones a los resultados electorales a dimitir.
"Pedimos una comisión bipartidista que investigue e identifique a todos los que planearon, financiaron y coordinaron este intento de golpe y que sean perseguidos por el Departamento de Justicia", señaló en un comunicado el líder del sindicato, Sean McGarvey.