La Comisión Europea que se acaba de formar tiene ya una patata caliente sobre la mesa. Además de los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China, los comisarios encabezados por Ursula von der Leyen han recibido un SOS de la patronal de casi todos los fabricantes europeos de vehículos (ACEA) para evitar una situación poco menos que apocalíptica por el frenazo en la venta de automóviles eléctricos, que en agosto se desplomaron un 44%.
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La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) reclama a Bruselas y a los países miembros de la UE "medidas urgentes" para frenar lo que ya califican de "tendencia continua a la reducción de la cuota de mercado de los coches eléctricos", que envía una señal "extremadamente preocupante" a la industria y a los responsables políticos.
La consecuencia de la venta de eléctricos por debajo de las expectativas y, por tanto, la imposibilidad de cumplir con los nuevos topes de emisiones de CO2 medias plantea, según ACEA, la "desalentadora perspectiva de multas multimillonarias, que de otro modo podrían invertirse en la transición a cero emisiones, o recortes innecesarios de la producción, pérdidas de empleos y un debilitamiento de la cadena de suministro y de valor europea en un momento en el que nos enfrentamos a una feroz competencia de otras regiones productoras de automóviles".
Revisión de objetivos de CO2
"La industria -indica un comunicado de ACEA- no puede darse el lujo de esperar a la revisión de las regulaciones de CO2 en 2026 y 2027, necesitamos acciones urgentes y significativas ahora para revertir la tendencia a la baja, restaurar la competitividad de la industria de la UE y reducir las vulnerabilidades estratégicas".
Los fabricantes piden un "alivio a corto plazo", sin esperar más tiempo, de los objetivos de CO2 de 2025, que considera poco realistas, y al mismo tiempo plantea adelantar de 2026 y 2027 a 2025 la revisión de la hoja de ruta de la descarbonización de los vehículos privados, que fija el año 2035 como el de la prohibición de venta de automóviles de combustión.
La junta directiva de ACEA, un lobby que preside Luca de MEo, CEO de Renault, destaca que las normas actuales sobre CO2 "no tienen en cuenta el profundo cambio en el clima geopolítico y económico de los últimos años y la incapacidad inherente de la ley para ajustarse a los cambios del mundo real erosiona aún más la competitividad del sector".
"Acciones urgentes"
"La industria no puede darse el lujo de esperar a la revisión de las regulaciones de CO2 en 2026 y 2027, necesitamos acciones urgentes y significativas ahora para revertir la tendencia a la baja, restaurar la competitividad de la industria de la UE y reducir las vulnerabilidades estratégicas", asegura ACEA.
Los constructores automovilísticos agrupados en ACEA -donde no está Stellantis- aportan los últimos datos de mercado para apoyar sus peticiones: las ventas de vehículos eléctricos acumulan una caída del 8,4% y han reducido su cuota del 21% al 14,4%. La patronal habla de una "espectacular caída" de las matriculaciones de eléctricos en Alemania (-64%) y Francia (-33%). Además argumentan que ha bajado la intención de compra de vehículos eléctricos y que incluso un 20% de los usuarios de los turismos propulsados por baterías se plantean volver a la combustión.