El acuedo del brexit, que permitió aliviar la tensión en el momento de la salida del Reino Unido de la UE, dejó algunos cabos sueltos que ahora amenazan la industria de automoción a ambos lados del Canal de la Mancha. Los fabricantes europeos de coches podrían tener sufrir unas pérdidas de hasta 4.300 millones de euros si no se retrasa de 2024 a 2027 la entrada en vigor del acuerdo comercial post-brexit entre la Unión Europea y el Reino Unido, según la Asociación de Constructores de Automóviles (ACEA).
La entrada en vigor del acuerdo en 2024 como está previsto supondría también una caída de la producción de unos 500.000 vehículos eléctricos en Europa, según una información adelantada por ACEA al diario Financial Times y confirmada por EFE.
Según los términos establecidos en el Acuerdo de Cooperación y Comercio posterior al Brexit alcanzado entre Londres y Bruselas, los vehículos eléctricos que se comercialicen entre el Reino Unido y la Unión Europea a partir de 2024 estarán sometidos a aranceles del 10 % salvo que el 45 % de sus componentes provenga de ambas regiones.
Cláusula de localización de componentes
En el caso de los vehículos eléctricos, la mayoría de las baterías provienen de Asia y aún no hay capacidad en Europa para reemplazar el suministro, por lo que no se podría cumplir la estricta cláusula fijada años atrás.
La petición de ACEA se alinea con la solicitud que hizo en mayo el grupo francés Stellantis (antiguos PSA Peugeot-Citroën y Fiat Chrysler Automobiles), que ya no es miembro de esa asociación empresarial con sede en Bruselas.
El acuerdo entre Londres y Bruselas prevé también que a partir de 2027 se exija que el 55 % de los componentes provengan de la UE o el Reino Unido para evitar la tarifa del 10 %.