Toyota, el rey mundial de los coches híbridos no enchufables, ha inundado las calles de París y de las otras sedes de los Juegos Olímpicos con unos polémicos coches. La marca japonesa pregona que ofrece "movildiad para todos", por supuesto sostenible. Pero la flota de 2.650 vehículos de Toyota, que responden a modelos experimentales o que tienen escaso éxito comercial, han generado polémica.
Los modelos estrella de la flota olímpicia de Toyota son 500 Mirai, el coche propulsado por hidrógeno que Toyota se empeña en intentar vender aunque con muy poco éxito. En la primera mitad de 2024, las marcas Toyota y Lexus vendieron en Europa un total de 626.572 vehículos, de los que solo 401 fueron los Mirai de hidrógeno, incluyendo probablemente muchas unidades destinadas a los Juegos de París 2024.
Críticas a los Toyota Mirai
Toyota presume de que el hidrógeno que utilizan esos 500 coches del modelo Mirai se ha generado mediante energía renovable. Sin embargo, un grupo de científicos y activistas discrepa y reclama la retirada y sustitución de los coches de hidrógeno por otros 100% eléctricos, de los que Toyota tiene una oferta reducida.
"Miles de millones de personas de todo el mundo que vean las Olimpiadas estarán expuestas a información falsa y engañosa", denuncia un grupo de 120 científicos, ingenieros y académicos en una carta enviada al Comité Olímpico Internacional y a las autoridades de París y Francia. Afirman que no existe una oferta de hidrógeno produicido sin emisiones de gases.
“La promoción de un automóvil de hidrógeno por parte de Toyota no está científicamente alineada con el objetivo de cero emisiones netas y dañará la reputación de los Juegos de 2024”, indicaron los científicos.
Coches con emisiones en ciclismo
La flota de vehículos incluye también vehículos "electrificados", según Toyota, pero que en realidad son híbridos no enchufables. Como los Toyota Corolla TS que circularán a poca distancia de los ciclistas con unas emisiones medias de 101 a 111 gramos de CO2 a los 100 kilómetros.
Toyota se despedirá con polémica de su patrociniuo de los Juegos Olímpicos celebrados desde 2015 gracias a un contrato que le ha costado unos 835 millones de euros. París será probablemente la última cita a la que acudirá Toyota si no cambia la intención del fabricante automovilístico.