El fabricante de motos eléctricas Silence ha puesto en marcha un ambicioso plan de crecimiento. El plan incluye la apertura de una planta nueva en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y el lanzamiento de un nuevo modelo para la movilidad urbana sostenible y asequible.
El fundador y consejero delegado de Silence, Carlos Sotelo, ha anunciado en una presentación telemática que la compañía se encuentra en un proceso de traslado de la producción de la planta de Molins de Rei a un nuevo emplazamiento en Sant Boi con más capacidad. El centro de Molins se especializará en ensamblaje de las baterías y sus dispositivos de control.
Moto eléctrica por 3.000 euros
La nueva moto SO2 Low Speed está configurada como un modelo mas accesible y con unas prestaciones más bajas al tener una batería más pequeña que da una autonomía de 55 kilómetros. "Tendrá un precio muy rabioso, entre 3.000 y 3.500 con IVA incluido", ha indicado Sotelo, que ha destacado que con este modelo equiparable a un ciclomotor, Silence busca competir por conquistar más columen de mercado gracias a la optimización de costes conseguida. La batería es extraíble y tiene 2 Kw/h con un motor de 1,5 Kw.
El nuevo Silence S02 Low Speed tendrá una versión para flotas de reparto que pretende dar respuesta a las necesidades crecientes despertadas con el confinamiento para la entrega de comida y otros productos a domicilio. Se trata de una versión más sencilla del modelo S02 ya disponible para flotas.
La producción y comercialización de Silence S02 LS comenzará en junio con unas previsiones de 2.000 unidades hasta final de año.
La ofensiva de Silence en el mercado de motos eléctricas para particulares empezó con el modelo S01, con unas prestaciones más elevadas y un precio que dobla el de la S02 nueva. Hasta ahora, la marca ha entregado ya 1.200 motos de su modelo de bandera.
Crecimiento en Europa
Antes de la llegada de la crisis del coronavirus, Silence acumulaba una cuota de mercado del 85,6% en las matriculaciones de motos eléctricas, que suman alrededor de un 5% de vehículos de dos ruedas sin emisiones, que suponen unas 7.000 al año. Las flotas de motosharing han sido el gran impulsor de un crecimiento del mercado del orden del 100%. Por ejemplo, en el caso de Silence tiene entre sus clientes a Acciona, de la que había trascendido su interés en comprar Silence, participada por Repsol y Criteria. En el mercado europeo, Silence tiene una cuota de mercado del 38% en el que ve potencial de crecimiento.
En 2019, Silence fabricó 8.000 motos con una facturación de 35 millones de euros. Silence cuenta con un departamento de I+D con 25 personas destinado al desarrollo de nuevos vehículos y a la integración de las baterías.