A nadie le amarga un dulce, especialmente cuando se lo ofrecen en un momento difícil. El Salón del Automóvil de París que se abre esta semana intenta hacer gala de su fama de ser uno de los tres grandes de Europa junto con los de Frankfurt y Ginebra. La feria de París se convertirá hasta el 14 de octubre en un oasis de inversiones con las que las marcas intentan dar un electrochoque a un mercado europeo que ha entrado en paro incluso en Alemania.

Cuando el presidente de Francia, François Hollande, inaugure este viernes su primer Mondial de l'Automobile, los fabricantes occidentales se conjurarán contra los efectos de la depresión económica: caída de las ventas, descenso de la producción, despidos en los concesionarios y en las fábricas, menos consumo y retroalimentación del círculo vicioso.

Las víctimas del tsunami son múltiples porque incluso la todopoderosa Volkswagen tendrá que bajar el pistón en sus fábricas europeas. En España, el camino está ya trazado. Con un descenso de las exportaciones cercano al 22% de enero a junio por la debilidad de nuestros principales mercados, la producción ha caído un preocupante 18%. Consecuencia: fábricas como la de Seat con una previsión de ensamblar casi 100.000 coches menos de la previsión inicial del 2012 que solucionan, de momento, con días de parada a cargo de la bolsa de flexibilidad interna. En otras como la de Renault en Valladolid, la de General Motors en Figueruelas, la de Ford en Almussafes y la de PSA en Vigo han vuelto a recurrir a los expedientes de regulación de empleo (ERE) para que el Estado pague los días de inactividad.

Hollande encontrará un sector europeo muy tocado con anuncios de nuevas oleadas de recortes de plantilla. Dentro de la desgracia, las marcas francesas son de las más afectadas. Los fotógrafos estarán muy atentos para captar el momento en que Hollande visite el stand del grupo PSA (Peugeot-Citroën), con el que ha mantenido una agria polémica en las últimas semanas a cuenta de los 8.000 despidos planeados en Francia.

Con una caída de las ventas del 7,1% en la Unión Europea de enero a agosto y Alemania que se acaba de incorporar al club de grandes mercados en barrena, resulta muy difícil respetar los pactos de caballeros de la industria automovilística francesa con su patria de desviar los ajustes. Además de PSA, Renault sufre una caída de sus matriculaciones en Europa de casi el 13%, la misma que Peugeot-Citroën, aunque con el colchón de Nissan.

Ayudas con mucho valor

En Francia, las ayudas puestas en marcha por Hollande tendrán un efecto imitado sobre el profundo recorte de las ventas del 13,4% al estar muy centradas en los coches eléctricos, aunque tienen el valor simbólico de haber roto la ortodoxia de los ajustes presupuestarios proclamados por Angela Merkel.

En este salón hay varias marcas que se juegan mucho al presentar la renovación de modelos superventas como el Volkswagen Golf, el Seat León, Toyota Auris, Renault Clio, Peugeot 208 GTI y el concept 2008, Opel Astra Cabrio, Range Rover, Ford Mondeo y Fiesta, Citroën C3 Picasso y Audi A3 Sportback en una larga lista de un centenar de primicias mundiales, según los organizadores de la muestra parisina.

El telón está a punto de subir. ¿Responderá el público?