Max Verstappen está dispuesto a marcar una época en la F1. El holandés conquistó en el GP de Japón su segundo título consecutivo y el poderío que conforma junto a Red Bull nos hace pensar que estamos ante una nueva era en la Fórmula Uno. Ha ganado ya doce carreras, quedan cuatro por delante y nadie puede poner en duda que ha ganado el título con todo merecimiento.
Nacido el 30 de septiembre de 1997 en Hasselt, Bélgica, a 40 minutos en coche de Spa-Francorchamps, Max Verstappen tuvo su primer karting a los 4 años y comenzó a competir a los 7, siempre guiado por su padre, que corrió 106 Grandes Premios entre 1994 y 2003. Aunque más de una vez se han comentado los métodos excesivamente severos que utilizó Jos para guiar la carrera deportiva de su talentoso hijo, el ahora campeón del mundo le defiende. "Abandonó su carrera para ayudarme. ¿Cuántos padres hacen esto? Puedes ver a muchos padres que disfrutan tanto de sus carreras que no tienen demasiado tiempo para sus hijos y le estoy muy agradecido porque sin él yo no estaría aquí".
Sin embargo, Max Verstappen no llegó a la Fórmula 1 por ser el hijo de Jos Verstappen, que fue compañero de equipo de Michael Schumacher y que ha tutelado su carrera de forma estricta. En su meteórico ascenso, tras ganar el mundial de karting de 2013 y de disputar una única temporada en la F3 Europea, fue clave convencer de su clase y su talento a Helmut Marko, director del Programa de Desarrollo de Jóvenes Pilotos de Red Bull y mano derecha del propietario de la compañía de bebidas energéticas Dieter Mateschitz, que en su día lo consideró "uno de esos pilotos que aparecen de década en década".
De carácter explosivo
A sus 16 años, en agosto de 2014, Verstappen supo que iba a reemplazar a Jean Eric Vergne en Toro Rosso la temporada siguiente y un día antes de cumplir los 17 recibió de regalo la Superlicencia para correr en Fórmula 1. Unos días después, se subió por primera vez a un monoplaza en los libres 1 del Gran Premio de Japón. Y el 15 de marzo de 2015, con 17 años, 5 meses y 15 días, empezó a escribir su historia de éxito.
Tiene carácter, determinación, talento y en la pista solo piensa en ganar. Al volante es agresivo, espectacular y ambicioso. En su vida personal Verstappen es discreto, aunque cada vez más mediático, convirtiéndose en un auténtico ídolo de masas. La ‘marea orange’ le sigue por los circuitos de medio mundo. "Nunca fui Mad Max. Simplemente soy Max, un piloto profesional que trata de lograr el mejor resultado para su equipo", subraya el de Red Bull, que reniega de su apodo y ha rechazado aparecer como protagonista en la exitosa ‘Drive to Survive’ de Netflix: "Sacan las cosas de contexto, nos hacen parecer héroes o villanos cuando solo somos pilotos", argumenta.
Su vida personal también fluye en armonía. En enero confirmó oficialmente su relación con Kelly Piquet, nueve años mayor que él y expareja del ruso Daniil Kvyat, con el que tiene una hija de 3 años, Penelope. La bella joven, que ha trabajado en la Fórmula E y también es habitual del paddock de F1, es hija de Nelson Piquet, triple campeón del mundo de Fórmula 1 (1981, 1983 y 1987).
Acumulando récords
El holandés hizo su debut en Fórmula 1 con Toro Rosso, por aquel entonces el equipo filial de Red Bull, marcando un récord absoluto de precocidad, por delante de Stroll (18 años), Alguersuari y Alonso (19). Rápidamente, se convirtió también en el piloto más joven en conseguir puntos y en ganar un Gran Premio, a los 18 años y 228 días. Eso ocurrió en 2016, en el fin de semana que cambiaría su vida para siempre.
Max llegó al Circuit de Barcelona recién ascendido a Red Bull y, tras el accidente de Hamilton y Rosberg en la primera curva, heredó el liderato de la carrera y resistió hasta el final para conquistar su primera victoria. Para lograr su primer título ha tenido que esperar cinco años. Para el segundo no ha tenido que esperar un año, ya que llegó el domingo en Suzuka con cuatro carreras de antelación.
A Max, que cumplió 25 años en septiembre, se le ha escapado el récord de precocidad de Vettel, campeón con 23 años y 4 meses, pero finalmente ha roto la racha de siete años de total supremacía por parte de Mercedes. Fue el cuarto piloto más joven en ganar el título tras Sebastian, Hamilton y Alonso, con el que mantiene una excelente relación y con el que se desplaza a algunos grandes premios compartiendo avión privado.