En el segundo episodio de la semana, el equipo del Podcast Técnica Fórmula 1 deja de lado noticias y cuestiones generales para centrarse en analizar a fondo lo que fue la carrera en Hungría. Empezando por lo que ocurrió antes, incluso, de la vuelta de formación: al ir hacia la parrilla, Verstappen pierde el control del coche y se va contra el muro. Su participación en la carrera se ponía en peligro.
Pero sus mecánicos hicieron un trabajo de precisión a toda velocidad, terminando segundos antes de que fuera preceptivo que el holandés se subiera en el monoplaza. Está claro que uno de los mejores espectáculos que nos dejó la carrera lo vimos antes de que empezara.
Una salida “rara”
La carrera empezó sobre mojado, con intermedios. Pensamos que iba a haber espectáculo pero, al final, nada de nada: la lluvia no apareció durante la carrera. La salida dio para mucho: una salida en falso de Valtteri Bottas que no fue penalizada, dos excelentes salidas por parte de Vettel y Sainz, que remontaron bastante, y una gran fortaleza mental por parte de Verstappen, que después de los nervios antes del comienzo remontaba de 7º a 3º.
En la vuelta 1 los Haas entraron a poner neumáticos de seco, y en la vuelta 5 Magnussen era 3º, una estrategia que les valió un punto a final de la carrera, ya que el piloto danés fue penalizado por recibir ayudas durante la vuelta de formación.
En la vuelta 3 comenzaron las paradas de la mayor parte de los equipos, siendo los primeros en parar Bottas y Leclerc - y Vettel, cuya parada fue horrenda y le hizo perder muchas posiciones por el tráfico. A partir de la primera parada, Hamilton se escapa, sin ningún tipo de problema ni pudor, de Verstappen, dejando entrever lo que podría ser la temporada: otro paseo militar por parte de los germanos.
Mientras, su compañero luchaba con Leclerc, en una de las batallas más interesantes de la carrera, que dejó patente la gran calidad de ambos pilotos: un Leclerc indomable y un Bottas constante e implacable. A partir de la vuelta 8 los equipos empiezan a lanzar avisos de lluvia, nos empezamos a emocionar, pero nada, al final, carrera en seco.
No llega la lluvia, pero sí el aburrimiento
A partir de ese punto en el que nos dimos cuenta de que la lluvia no nos bendeciría con su presencia, empezó la monotonía en la carrera. Los únicos momentos que nos sacaron del sopor y del ronquido fueron la lucha entre Norris y Leclerc, con excelente defensa “made in UK”; el undercut de Bottas a Stroll en la vuelta 34, que o bien le salió perfecta a Mercedes o bien los de Racing Point ni se lo olieron; y la vibrante (sobre todo en las últimas vueltas) persecución de Bottas a Verstappen.
En Mercedes habían hecho una tercera parada con Bottas para ponerle gomas frescas para que atacara al holandés, pero la defensa del de Red Bull fue excepcional, y ni por esas pudo Bottas.
Unas vueltas más tarde, Hamilton pararía también, para montar gomas frescas con la que quedarse con la vuelta rápida y el punto que concede. Sólo por si su compañero conseguía pasar a Verstappen y hacerse con la vuelta rápida (en ese caso, hubieran compartido puntos a la cabeza del campeonato).
Otras luchas y un podio “normal”
Como todo no va a ser hablar de Mercedes, nos queda comentar la lucha entre Leclerc y Sainz (futuros compañeros el año próximo) a partir de la vuelta 51. Finalmente, Sainz pasó al piloto monegasco en una carrera que no era la mejor para McLaren… pero que aún ha sido peor para Ferrari.
Y, a falta de tiempo, espacio y acciones que destacar, nos quedamos aquí comentando el 8º puesto de Ricciardo para Renault, que sitúa al equipo galo en la 6ª posición del Campeonato y la (válgame-Dios-por-fin-volvemos-a-la) normalidad de la entrega de premios en el podio, dejando de lado a los robots. No sé a vosotros, pero a mí no me “molaban” nada, demasiado lentos para este deporte.