La Fórmula Uno vive una nueva época dorada. Con un aumento tan impresionante como imprevisto en popularidad las últimas temporadas y con los aficionados llenando las tribunas de los grandes premios para presenciar las carreras en directo, disfruta de un auge con el que muchos no contaban. Este fin de semana se celebra en Austin, Texas, la segunda carrera del año en Estados Unidos, un país que hasta el presente siempre le había dado la espalda.
Los efectos de ‘Drive to survive’, el documental de Netflix sobre la disciplina, tiene mucho que ver con esta explosión de popularidad. La apertura a Netflix provocó un auténtico tsunami a nivel global para la promoción y ahora se están recogiendo los frutos. La combinación de la competición con el espectáculo y el ‘show business’ está resultando una fórmula de éxito, aunque hay quien advierte que esta explosión puede socavar los orígenes del deporte.
Récord de grandes premios
Las audiencias televisivas se han disparado, hay cola para hacerse con un hueco en el calendario y ya en este 2024 se habían programado 24 grandes premios (cayeron a última hora China e Imola), la cifra más alta de la historia. Los fans, por otro lado, llenan los circuitos y se han unido a la competición un buen número de patrocinadores que siempre se habían mostrado lejos del automovilismo. El éxito es general en todo el mundo, yendo de Texas a Abu Dhabi o de Melbourne a Barcelona.
La explicación que encontramos va, lógicamente, mucho más allá del aspecto deportivo. Se esperaba mayor igualdad tras el último cambio normativo, pero Max Verstappen y Red Bull dominan hoy con la misma insolencia que en el pasado lo había hecho Lewis Hamilton y Mercedes. El neerlandés se ha anotado su tercer título consecutivo con mucha antelación, demasiada.
El fervor de la ‘marea naranja’ que acompaña a Verstappen, la pasión de los tifosi que desean que Ferrari levante el vuelo de una vez por todas o la segunda juventud de Fernando Alonso con Aston Martin son algunos de los aspectos que animan el certamen, pero es evidente que el éxito va mucho más allá que el aspecto deportivo.
Netflix, ¿un impulso determinante?
El ambiente que transmite la F1 es más acogedor y, a su vez, los nuevos rectores han conseguido trasladar la acción en pista a un espectáculo propio del deporte americano. El boom que se ha conseguido en Estados Unidos ha sido brutal. Hemos pasado de disputarse un gran premio en 2021 a tres en 2023. Después de Austin, el año pasado se sumó Miami y a finales de temporada se realizará una tercera carrera en Las Vegas. Un país, meca del automovilismo, que siempre había dado la espalda a la F1, le ha abierto ahora las puertas de par en par.
De hecho, ya se especula con la posibilidad de que en 2024 o 2025 se celebre una cuarta carrera y esta vez en Nueva Jersey, en un circuito urbano frente a Manhattan. A la serie ‘Drive to Survive’ de Netflix se le atribuye gran parte del éxito en esta corriente alcista de la Fórmula Uno, pero ¿es la raíz de su éxito actual o simplemente un síntoma? Su estreno se produjo en 2019 y, desde entonces, se han emitido cinco temporadas que se han situado entre los programas más vistos del servicio de contenidos bajo demanda.
‘Drive to Survive’ ha conseguido situarse entre los diez programas más vistos de Netflix en un total de 56 países y los productores ya están trabajando en la sexta edición de la saga. Y todo a cambio de unos niveles de inversión relativamente pequeños, cifrándose en unos cinco millones de dólares.
Crece el negocio de la F1
El salto en la popularidad de la Fórmula 1 generado por el documental de Netflix ha hecho que los ingresos de la competición se disparen por encima de los 2.500 millones de dólares durante la temporada 2022. Estos datos suponen un incremento interanual del 20% y confirman el acelerado ritmo de crecimiento del negocio asociado a la competición automovilística.
La partida más importante de los ingresos generados por las carreras sigue siendo la venta de los derechos de televisión, que supone cerca del 40% de las ventas anuales. En el mercado estadounidense, por ejemplo, el contrato con ESPN se ha revalorizado 15 millones de dólares, pasando de 75 a 90 millones por temporada.
Otro de los aspectos más destacados a la hora de valorar el resurgir que está experimentando la Fórmula 1 es el rejuvenecimiento de sus aficionados. El espectador medio ha pasado de 36 a 32 años, una circunstancia muy apetecible para el mercado publicitario, siempre en busca de audiencias masivas.