El reparto exacto de los premios en la Fórmula 1 es secreto, por contrato, pero es posible hacer una estimación del mismo utilizando diversas informaciones que sí son de dominio público. Según el Pacto de la Concordia, que regula el acuerdo entre los equipos y quien ostenta los derechos comerciales de la F1, los equipos tienen que ingresar el 50% de los beneficios de estos derechos, que incluyen los percibidos por televisión.

El porcentaje de la empresa que gestiona estos derechos, actualmente Liberty Media, aumenta a partir de ciertascantidades. En 2022, según Motorsport, se repartieron 1.157 millones de dólares –es la moneda que rige toda las transacciones en la Fórmula 1- después de que el campeonato generara unos ingresos de 2.570 millones de dólares, cantidad que sería el equivalente al 45%.

Coches de F1 en el circuito de Montmeló / DPPI / AFP7 / EUROPA PRESS

Las diez escuderías no reciben la misma cantidad y hay ciertos baremos que rigen este reparto. La posición en la que acaban el campeonato –la más importante- y los puntos que consiguen es una de ellas, pero la Scuderia Ferrari percibe históricamente una cantidad extra porque es el único equipo que permanece fiel al Mundial desde que se fundó en 1950. La cantidad no es pública, desatando bastantes recelos entre sus adversarios, pero en el paddock se piensa que está en torno al 5% del bote de premios.

Las primas extra

Los equipos tienen más primas para aumentar los emolumentos que perciben, aunque la principal y más importante es la clasificación en el Mundial de Constructores. De quedar primero a quedar segundo puede haber una diferencia que se mueve entre nueve y diez millones, la misma diferencia entre el segundo y el tercero y así hasta el décimo y último que tiene asegurados unos 60 millones de dólares. Entre las primas extra está la ya citada de Ferrari y la que perciben McLaren, Red Bull y Mercedes por sus títulos de constructores.

Primas al margen, Red Bull, que ha ganado el título con autoridad, va a recibir una cantidad que se mueve entre los 140 y los 150 millones. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que en 2023 el límite presupuestario de los equipos se establecía en 135 millones de dólares.

Max Verstappen junto a sus fans en el GP de F1 de Austria / FLORENT GOODEN / AFP7 / EUROPA PRESS

El techo presupuestario se introdujo con la intención de acabar con el gasto, prácticamente ilimitado, del que disponían algunos equipos. Busca nivelar en lo posible las condiciones dentro de la pista entre todos los equipos para garantizar el espectáculo deportivo y asegurar la supervivencia de las escuderías.

En este límite entra cualquier gasto que se pueda relacionar con el rendimiento del monoplaza, más allá de los motores. La FIA exige que los equipos expliquen qué desarrollan del monoplaza y cómo lo llevan a cabo, detallando cuál es el gasto de cada pieza que se fabrica, cuantas piezas necesitan y el saldo de sus cuentas. De hecho, la Federación Internacional sancionó a Red Bull a finales del 2022 con una multa de 7 millones de dólares por saltarse el techo presupuestario.

La superlicencia

Los equipos y pilotos que quieren competir en Fórmula 1 están obligados a solicitar la Superlicencia a la FIA. Además de demostrar unas capacidades deportivas y un palmarés para correr, tienen que pagar y, en algunos casos, la cantidad puede ser una fortuna según las tablas que se establecieron en 2013.

En cuanto a los equipos, la FIA impuso unas tasas de inscripción para cada competidor en base al número de puntos sumados en el curso precedente. Hay una cuota base para todos de 657.837 dólares, a los que hay que sumar 6.575 dólares por cada punto conseguido, excepto para el campeón, que pagará 7.893 dólares por punto.

Fernando Alonso junto a su coche de Aston Martin / FLORENT GOODEN / EUROPA PRESS

El dominio de Red Bull se va a traducir en una factura de 7.445.817 dólares a pagar a la FIA para poder correr en 2024. Mercedes, que anotó 409 puntos, abonará 3.347.012 dólares y Ferrari, que se hizo con 406, deberá pagar 3.327.287 dólares. Haas, que es el último clasificado, tiene que pagar 736.737.

En cuanto a la inscripción de los pilotos, que tienen que renovar anualmente la autorización para competir, hay que señalar que el precio base de la Superlicencia es de 11.365 dólares, pero hay un cargo adicional de 2.295 por cada punto conseguido en la temporada anterior y, por esa razón, la cifra que tendrá que pagar Max Verstappen es millonaria: 1.330.990 dólares. Estos pagos, sin embargo, los hace habitualmente el equipo, puesto que están excluidos del límite de gastos con el que la FIA controla el presupuesto de las escuderías.

La Superlicencia de Fernando Alonso para 2024, que ha sido cuarto (206 puntos) en el campeonato, está valorada en 484.135 dólares, mientras que en el caso de Carlos Sainz, que ha sido séptimo (con 200), deberá abonar 470.365 a la Federación Internacional para poder correr. Al estadounidense Logan Sargeant, finalmente, que fue el último y solo sumó un punto para Williams, le costará 13.660 dólares.