El Gran Premio de México, que afronta su 23ª edición, la octava consecutiva, es uno de los más esperados del año. La fiesta que se vive es tan impresionante que todos se contagian de ella, pilotos incluidos. Checo Pérez corre en casa en uno de los momentos más delicados de su carrera deportiva y el héroe local, que lleva dos podios consecutivos en este mágico circuito, será examinado con lupa.
México siempre es testigo de un ambiente increíble y una carrera que no deja indiferente a nadie en un fin de semana único que se vive con gran ambiente y fervor en todo el país, ya que la carrera coincide nuevamente con el Día de los Muertos. Los disfraces típicos de la tradicional celebración es denominador común durante estos días, ofreciendo un colorido exclusivo y que le da un condimento especial al gran premio. El Día de Muertos es una de las fiestas más importantes en la cultura mexicana, unos días en los que la población recuerda a los fallecidos y lo hacen enalteciendo la muerte, de donde vienen para convivir familiares y amigos que se han ido.
Casco conmemorativo de Checo Pérez
Checo Pérez se suma a la fiesta y en esta ocasión usará un casco pintado de unos colores muy especiales. En el diseño predomina el color naranja de la flor del cempasúchil o tagetes, que se usa desde la época prehispánica para adornar altares, tumbas y ofrendas, donde las familias esperan a sus difuntos con sus platos favoritos de comida. El casco del piloto incluye otros elementos de la fiesta mexicana, como el papel picado en amarillo, verde, naranja y rosa, plantas de maguey, típicas de México y el lema que ha llevado por bandera desde que es piloto de Fórmula 1: “Nunca te rindas”.
El lleno está asegurado, al igual que los cánticos que levantan pasiones y un objetivo común: ver a Checo Pérez ganar la tercera victoria de la temporada. No será fácil. Después de un inicio de temporada fantástico, el piloto de 33 años ha caído en picado. Como muestra, el hecho de que sumara cinco podios en las cinco primeras carreras, incluyendo dos victorias, y que en las siguientes solo lo haya hecho en cuatro oportunidades y sin ganar.
No hay duda de que el GP de México es el fin de semana más especial para Sergio, quien durante la temporada europea reside en Madrid. En 2022 logró aquí su mejor resultado, con un tercer puesto. Este año va a luchar para reivindicarse y demostrar, también a sí mismo, que se merece un Red Bull. El equipo de Milton Keynes ya ha sembrado dudas sobre una continuidad que está en el aire pese a ser segundo en el campeonato y a pesar de que después del GP de Mónaco renovó para 2024.
Un circuito muy exigente
La fiesta que se vive en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez es única, pero hay otro punto muy característico y exclusivo en comparación con el resto de circuitos que conforman el calendario. Es el trazado más alto del calendario y con ello provoca grandes cambios en el rendimiento de los motores.
Se encuentra a una altitud de 2.285 metros sobre el nivel del mar, con lo que la densidad del aire es significativamente menor, alrededor del 20% menos que lo habitual. Esto genera complicaciones para los monoplazas, especialmente en los motores, y también puede afectar al rendimiento físico de los pilotos porque reciben menos oxígeno.
En cuanto a las mecánicas, un factor importante es que hay menos resistencia del aire, lo que requiere configuraciones aerodinámicas similares a las que se usan en Mónaco, a pesar de contar con varias rectas predominantes. La refrigeración de los coches y la gestión de los neumáticos es extremadamente importante.