Desde UGT FICA abordamos la transición que está experimentando el sector automovilístico como un reto y oportunidad, pero partiendo de la base de que se efectúe de una forma justa y ordenada y que, en la adopción de las medidas necesarias para desarrollarla, se tengan en cuenta tanto la industria, como el empleo y el usuario. Nuestras dudas no se dan en torno a “dónde” llegar, sino a “cómo” lo haremos, al impacto que tendrá esta transición en el tejido industrial y el empleo en España.


Artículo publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends 


El sector es complejo, no solo abarca las empresas constructoras, sino también a todo un ecosistema formado por empresas de componentes, concesionarios, talleres, distribuidores, ITVs, motocicletas, bicicletas, etc., que genera unos dos millones de puestos de trabajo y más del 16% del PIB estatal.

Por ello, insistimos en que, por un lado, la transición sea justa, para evitar que ninguna persona trabajadora se quede en el camino; y por otro, ordenada, fijando objetivos, evaluando la repercusión de las medidas y, en caso necesario, buscar alternativas. Pero también abordarla desde una perspectiva industrial, analizar los nuevos ecosistemas que empezarán a actuar, sus necesidades de empleo y de perfiles profesionales, sin perder de vista las necesidades del usuario final del producto respecto a la movilidad.

Riesgos para la industria y el empleo

Desde UGT FICA consideramos que no se debe monopolizar el debate del sector únicamente en torno al vehículo eléctrico. Hay muchos otros asuntos que le están afectando y que no podemos obviar, como son la robotización, la digitalización, los nuevos ecosistemas laborales, las políticas medioambientales, las nuevas motorizaciones o el cambio conceptual de movilidad. Al igual que cambios debidos a situaciones coyunturales como la guerra en Ucrania, la piratería marítima, la externalización de actividades o la pujante competitividad de países como Marruecos, Portugal, Turquía o China.

La transformación del sector automovilístico debe ser democrática, participativa y compartida con los agentes sociales implicados. Cualquier otra premisa pondría en riesgo la industria y podría crear brechas sociales y territoriales de movilidad.

Obviamente, nuestro centro de atención está en el empleo, no queremos que esta transición se lleve a cabo a costa de los puestos de trabajo. Por ello, desde UGT FICA venimos planteando en todos los foros, desde hace años, nuestras 23 propuestas necesarias para que el sector pueda afrontar esta transición con fuerza y con futuro.