Cuando en este país hablamos de la automoción, no se es consciente de la gran “joya industrial” que tenemos. Somos el segundo mayor productor de Europa y el octavo del mundo, sin contar con ningún centro decisor en nuestro país. Un mérito logrado en las últimas décadas y que ha conllevado que marcas, no solo de automoción sino de la cadena de valor tradicional, hayan apostado por asentar sus fábricas o invertir en nuestro país.


Artículo publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends 


Hace más de una década, un nuevo escenario se abrió y la transición a la nueva movilidad es ahora nuestro reto. Lo que hemos hecho nos posiciona en un buen lugar, pero no debemos confiarnos en creer que con esto será suficiente. 

No están siendo tiempos fáciles para acometer esta transición. Ya sean por pandemias, conflictos bélicos o crisis económicas nos hemos visto afectados. Si bien, en el último año, tanto nuestro mercado como la producción de vehículos logró mejorar, todavía se sitúa muy lejos de los 1,5 millones de vehículos vendidos y de los 2,8 millones producidos que había antes de la pandemia y a los que una economía como la española, la cuarta europea, debería de aspirar.

Consolidar el mercado de electrificados

Estamos en un momento clave donde consolidar no solo el mercado general sino el mercado de vehículos electrificados es un aspecto clave para posicionarnos en la carrera de la nueva movilidad. La cuota de vehículos eléctricos en España apenas llega al 5%, Europa ya registra el 14,4%. Sin olvidar que el próximo año la exigencia de la regulación europea de emisiones (conocida como CAFE) a los fabricantes aumenta, y con ella las posibles multas. Y donde se estima que la cuota de matriculación de vehículos eléctricos puros debería llegar al 22%.

O actuamos ya o nos arriesgamos a perder un sector que genera el 10% del PIB nacional y cerca de dos millones de empleos en España. Es un mensaje claro. Y las medidas a tomar también lo son. La adjudicación de los PERTEs son un importante estímulo, pero no ha de ser único ha de ir acompañada por medidas tanto en materia de mejoras de la eficiencia de las ayudas a la compra y continuidad en 2025, fiscalidad positiva, impulso de la red de recarga de acceso público y políticas industriales que muestren el apoyo y apuesta de España por avanzar decididamente hacia el vehículo eléctrico.

No es el momento de poner en duda el cambio al vehículo eléctrico, es el momento de apostar con convicción por este cambio. La automoción europea ya ha invertido más de 250.000 millones de euros. Y si se muestran dudas, ya sean chinos o EEUU nos adelantarán sin paliativos. Y en esta carrera, España tiene potencial para estar en la cabeza. Ahora es el momento de apostar por la nueva movilidad. Es el momento de apostar por nuestra automoción.