Los problemas de producción de cajas de cambio en la planta de francesa de Valenciennes han obligado a paralizar las cuatro factorías del grupo en España y Portugal durante un periodo de hasta cuatro días y, de rebote, han causado un conflicto laboral. Los trabajadores de la fábrica del grupo Peugeot Citroën Opel en Vigo tuvieron la semana pasada unas vacaciones inesperadas de cuatro días por la decisión de la compañía de paralizar la actividad debido a la grave falta de suministro de cajas de cambio, que ya había provocado otros problemas ocasionales con anterioridad. Finalmente, el transporte aéreo de cajas de velocidades desde Valenciennes a Vigo ha sido insuficiente para solucionar un problema de producción desbordada por los pedidos. Las factorías de PSA en Madrid, Zaragoza y Mangualde (Portugal) también se han visto afectadas. El origen del problema se encuentra en la planta de Valenciennes, que es incapaz de servir los pedidos de las factorías a las que suministra cajas de cambio, según ha explicado la dirección de la empresa a los sindicatos de la fábrica gallega. El transporte de componentes por avión en momentos concretos para evitar parones en Vigo había costado al grupo unos 58.000 euros en los primeros meses del año, según la respuesta de la compañía a una pregunta del sindicato CGT en la planta de Valenciennes.
Traslado de piezas desde China en avión
Los responsables de la fábrica de cajas de cambio de Francia echan la culpa a los problemas de suministro de proveedores, que ha tenido que suplir con el recurso por vía aérea a un productor de componentes ubicado en China. La firma menciona un "error" por un desfase entre el ritmo de suministro de árboles primarios, unos 4.000 a la semana, y de cárteres, con unos 3.000 semanales. La planta de Valenciennes ha tenido que trabajar hasta el día de la fiesta nacional de Francia para solventar el problema de falta de suministro. Los problemas del 'just in time' de PSA han generado un conflicto laboral por el tratamiento de los días de parada de la producción. La dirección pretende contabilizarlos como jornadas de flexibilidad para que los trabajadores tengan que devolverlas más adelante, mientras que los sindicatos consideran que tienen que ser asumidos por la compañía sin efectos para los empleados. "La aplicación de las medidas de flexibilidad en este caso, sería a nuestro juicio una interpretación abusiva por parte de la dirección", afirma el sindicato CCOO en una nota enviada a la plantilla.