Las inversiones concentran una buena parte de la apuesta de futuro de las marcas, con una cantidad global que suma 316.000 millones de dólares hasta el año 2023. Pero, como en todas las apuestas, existe riesgo de que la jugada salga mal. Un estudio de la consultora Alix Partners advierte de que una parte de esa inversión será poco o nada rentable por la resistencia que encontrará entre los consumidores. La mayor parte de la inversión planificada en la nueva movilidad hasta 2023 se centra en el desarrollo de la electromovilidad, con una suma de 255.000 millones de dólares en el conjunto de la industria. Esa fuerte apuesta permitirá a los fabricantes poner en el mercado 207 modelos de coches eléctricos hasta el año 2022. "Muchos de estos modelos están destinados a no ser rentables debido a los actuales costes elevados en sistemas, los volúmenes bajos y la alta competencia.
Un 30% de coches eléctricos en Europa
Además, la industria gastará unos 61.000 millones de dólares en el despegue de la conducción autónoma con un retorno dudoso debido a que los consumidores están dispuestos a pagar un sobrecoste máximo de 2.300 dólares por vehículo frente a una inversión de las marcas para tener coches autónomos de 22.900 dólares. El indicador del retorno obtenido por las inversiones de los fabricantes apuntala las previsiones del estudio al haber registrado en 2017 un mínimo en tres años con un 3,6%. Pero no todo es riesgo, porque también habrá muchas oportunidades en el futuro. El estudio destaca que las ventas de coches eléctricos seguirán creciendo hasta alcanzar una cuota en 2030 del 20% en el mercado norteamericano, el 30% en Europa y el 35% en China. Los coches autónomos acumularán unas ventas de tres millones de vehículos en EEUU, aunque una parte de esas matriculaciones irán destinadas a los robotaxis con unos márgenes mucho más bajos que el canal de particulares, según las previsiones de Alix Partners.