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El GP de F1 de Montmeló, víctima del conflicto político de Cataluña

Ha sido una víctima más de la tensión política a raíz del proceso independentista

GP Formula 1 Montmeló

GP Formula 1 Montmeló

Redacción Coche Global

14.05.2018 07:00h

3 min

El Gran Premio de Fórmula 1 de España celebrado en el Circuit de Barcelona Catalunya situado en Montmeló ha sido una víctima más de la tensión política a raíz del proceso independentista. Los efectos de esa tensión y de la aplicación del artículo 155 de la Constitución para cesar al Govern se han podido ver desde el principio de la carrera y hasta el final. Aunque Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Max Verstappen eran ajenos al conflicto político, el podio en el que ocuparon las tres primeras posiciones fue un reflejo de la situación por las notables ausencias. Y todo ello con la renovación del contrato con la Fórmula 1 pendiente de negociarse.

Pitos y pancarta retirada en la tribuna de Montmeló

Las primeras chispas por el conflicto político saltaron en el acto protocolario justo antes del GP de España, en el que la máxima autoridad presente fue el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, que recibió una pitada por parte de un sector del público respondida con aplausos por parte de otros espectadores con las caras de sorpresa de la gran cantidad de aficionados extranjeros presentes en las gradas. Lo mismo sucedió cuando sonaron los himnos de España y Cataluña, recibidos con pitos y aplausos de forma alternativa. Además, el servicio de seguridad del circuito retiró una pancarta colocada en la tribuna que pedía la libertad de los políticos y dirigentes de entidades encarcelados.

Podio sin autoridades

El colofón de las secuelas del artículo 155 en el GP de F1 de Montmeló tuvo lugar en la entrega de trofeos a Hamilton, Bottas y Verstappen en un podio sin autoridades y en el que el director del Circuit, Vicenç Aguilera, y el alcalde de Montmeló, Antoni Guil, tuvieron que ejercer de representantes institucionales frente a los pilotos. Ni Enric Millo ni, por supuesto, ningún representante de la Generalitat subieron al podio. Una imagen muy diferente de la que se vivió en mayo de 2017, cuando Carles Puigmont entregó el trofeo de ganador también a Hamilton. El presidente de la Generalitat seguía entonces en su cargo unos meses antes del referéndum del 1 de octubre, la declaración unilateral de independencia y del artículo 155.

Altos directivos de marcas como espectadores

Como espectador destacado de los efectos en el GP de España se encontraba el máximo directivo de Fórmula 1, Chase Carey, que hace unos días indicó que espera que en unos meses se pueda negociar la renovación del contrato para mantener la carrera más allá de 2019. En los boxes de los equipos se encontraban directivos de las escuderías y de los fabricantes de automóviles que apoyan la F1, como el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, o los vicepresidentes de Renault José Vicente de los Mozos y Thierry Koskas. También acudió a Montmeló Thierry Antinori, vicepresidente de Emirates, el día en que se hizo público que la aerolínea ha renovado el contrato de patrocinio hasta 2022. Aunque el conflicto político no afectó la competición deportiva, todos esos directivos pudieron comprobar los efectos en el podio. Un año más, el circuito de Montmeló salvó los muebles con nota en un contexto más complicado que otros años y con una asistencia notable de espectadores.

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