El grupo alemán Daimler ya tiene encarrilada su futura pick up. Ha recurrido a la reputada eficiencia alemana para encargar a la alianza Renault-Nissan la producción de un nuevo vehículo que tendrá el toque germano, genes e ingeniería franco-japonesa y ensamblaje made in Barcelona.
El presidente de Daimler, Dieter Zetsche, fue claro al justificar el encargo de la pick up a su socio industrial Renault-Nissan: permitirá una reducción drástica de la inversión necesaria y del tiempo para poner en el mercado un vehículo nuevo. Para ello, aceptará que los operarios de Nissan de Barcelona y Córdoba (Argentina) pongan la estrella de Mercedes en sus vehículos que saldrán de ambas líneas de montaje.
El modelo es importante tanto para la planta de Barcelona como para Daimler. Para Barcelona tendrá un efecto similar al que ha propiciado la producción del Audi Q3 en la factoría de Seat de Martorell de incrementar la reputación de la plantilla y del sistema de producción para situar la planta en la Champions del mercado premium. La asignación llega en un momento dulce para Barcelona, que se prepara para lograr un récord de producción gracias a los tres modelos adjudicados en los últimos años: e-NV200, Pulsar y One Tone Pick Up de Nissan.
Para Daimler sienta las bases para asaltar el mercado de Estados Unidos e intentar hacerse un hueco en el dominio de los fabricantes americanos del importante segmento de las camionetas. Tres de los cuatro modelos más vendidos en EEUU son pick up, encabezadas por la F-150 de Ford que es el líder absoluto del mercado norteamericano. Queda por aclarar por parte de Daimler su plan para EEUU, ya que por ahora las 190.000 unidades de Barcelona y Córdoba excluyen Norteamérica, el principal mercado de las pick up.